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WASHINGTON, Estados Unidos, 22 de noviembre de 2013.- Los actos de conmemoración del asesinato hace 50 años del presidente John Fitzgerald Kennedy comenzaron este viernes en Washington con una austera ceremonia castrense frente a la tumba del mandatario estadounidense en el cementerio militar de Arlington.
Un grupo de gaiteros, como los que tocaron el día de su funeral y como los que el presidente invitaba siempre que podía a importantes cenas y eventos presidenciales, llenaron el silencio del camposanto en el que yacen 300.000 soldados estadounidenses.
A las 8:30 de la mañana, con discretos honores militares, se presentó una ofrenda floral en memoria de Kennedy, asesinado por las balas de Lee Harvey Oswald en Dallas (Texas) a las 12:30 del 22 de noviembre de 1963.
Veteranos, militares y civiles comenzaron a desfilar en una mañana gris y fría en Washington para rendir homenaje al recordado presidente frente a la llama eterna que marca el lugar en el que están enterrados «Jack» y su esposa «Jackie», quien falleció en 1994.
Las banderas flamearon a media asta, y se preveía realizar un minuto de silencio a la hora de los disparos. También hubo actos en su patria ancestral, Irlanda.
Poco después del amanecer, el secretario de Justicia, Eric Holder, concurrió a la tumba recientemente refaccionada de Kennedy en el Cementerio Nacional de Arlington, donde un oficial de caballería británico montaba guardia y sonaban las gaitas junto a la llama eterna.
Una hora después, Jean Kennedy Smith, de 85 años, la última hermana sobreviviente, acompañada por una decena de miembros de la familia, colocó una ofrenda floral. Tomados de las manos, rezaron en silencio contemplados por algunos cientos de turistas.
Este viernes era un día frío, húmedo y ventoso en Dallas, muy distinto de la jornada soleada cuando murió Kennedy.
Pese a permanecer en la Casa Blanca menos de tres años, Kennedy ocupa un lugar especial en la memoria de los estadounidenses de todas las edades, los mismos que no dejaron de acercarse al Cementerio Nacional de Arlington hoy para guardar un tiempo de silencio, rezar o dejar una rosa roja frente a la llama eterna.
Durante todo el día Washington marcará de diversas maneras el 50 aniversario de la muerte de Kennedy, el primer presidente que falleció asesinado desde 1901, y que fue enterrado tras un funeral de estado el 25 de noviembre de 1963 en Washington.
Se emitieron unos 5.000 boletos gratuitos para la ceremonia en la plaza Dealey, flanqueada por el Depósito de Libros Escolares de Texas donde acechaba el francotirador Lee Harvey Oswald.
El escenario de la ceremonia, al sur del edificio, estaba decorado con un gran cartel con el perfil del presidente asesinado. Pantallas de video mostraban imágenes de Kennedy con su familia.
La gente arribó con horas de anticipación.
El pasado miércoles, el mandatario estadounidense, Barack Obama, su esposa, Michelle, y el matrimonio formado por Bill y Hillary Clinton homenajearon al asesinado presidente con una visita a su tumba en el cementerio de Arlington.
Los Obama y los Clinton, acompañados de algunos miembros del clan Kennedy, depositaron una corona de flores para un presidente que según Barack Obama «cincuenta años más tarde, es recordado para la posteridad como era en vida: joven, y audaz, y osado».