Balazos en el pie
¿CÓMO ES EL RECUERDO QUE TIENES DE TUS MAESTROS?
¿Quién que esté leyendo este artículo no ha tenido en su experiencia académica el recuerdo de un buen maestro o varios que en algún momento de la vida escolar, sirvieron como inspiración para tal vez ser el abogado, el médico, el psicólogo o hasta el maestro que es hoy en día? A todos ellos va dedicado este artículo.
Por principio de cuentas he de confesar que cuando decidí hacer este artículo comencé por hacer un recuento de ellos y concluí que según el nivel escolar mi recuerdo hacia ellos es diferente, porque mi juicio era distinto.
Por ejemplo, en el kínder regularmente es una maestra la que imparte clases, y no es una casualidad, dado que es aún una extensión de la mamá porque es el primer contacto que tienen los pequeños con la escuela, y los cuidados que aún requieren son más fácilmente cubiertos por una mujer.
Es decir; no será común que suceda lo que en aquella película Kindergarten cop, donde Schwarzenegger (mejor escribirlo que pronunciarlo), es maestro de preescolar.
Por tanto los recuerdos que se tengan de la maestra de kínder quizás se centren en si era joven y bonita.
Ya en la primaria, comienzan los recuerdos centrados tal vez en los aprendizajes más importantes como con quién se aprendió a leer y escribir, quién fue el encargado de martirizar con las tablas o la raíz cuadrada o bien ya comienzan también los recuerdos de aquellos maestros que castigaban utilizando como herramienta el recreo por ejemplo.
En esta etapa, una de las más largas, sucede algo muy curioso, quizás también son más recurrentes los recuerdos sobre los compañeros de clase que sobre los maestros.
En estos niveles, la figura del maestro no siempre es tan significativa como en los años siguientes, a menos que haya sido muy tirano o muy bueno.
Pero al llegar la secundaria, sinceramente es casi como una de las actividades obligadas, centrar un poco más la atención en los maestros, más por su apariencia y características físicas, su modo de andar, de hablar, que por lo que enseñan, así los conocimientos pasan a un segundo término, y entonces el buscar el sobrenombre perfecto para ellos es casi un arte.
Al llegar a la peparatoria, el ponerle apodo al maestro es una tarea que se domina mejor que cualquier disciplina, ya los chicos tienen también otros intereses, por tanto el docente y sus enseñanzas ya pasaron a otros términos de los que no tengo precisión el lugar, pero nunca o casi nunca anteceden a la diversión.
Por tanto se reconoce en un índice alto al mejor maestro barco, es decir; en la preparatoria es mejor maestro aquel que trabaja menos y deja más tiempo para pasarla mejor.
Es en la universidad en donde aún se conserva la habilidad de ubicar mejor al maestro por el sobrenombre más éste quizás sea mejor aplicado a los barcos (aquí también hay), a los buenos ya se les ubica por el apellido o hasta por su grado.
Lo que con esto quiero decir a los maestros de hoy es que, junto con los contenidos de las materias, los alumnos reciben los mensajes que su expresión facial, su forma de andar, su manera de arreglarse, su voz y su calidad moral transmiten a través de su personalidad y manera de conducirse en la escuela.
Los que nos dedicamos a la docencia, pongamos mayor atención en ser el justo equilibrio en un buen recuerdo para los profesionistas de mañana.