Balazos en el pie
¿Ya no hacen a los papás como antes?
Muchas son las opiniones relacionadas con el rol de los padres en la actualidad, aunque no estoy de acuerdo con que su figura como autoridad se haya difuminado, más bien ha tenido que evolucionar para adaptarse a las nuevas dinámicas familiares.
Este artículo va dedicado a esos padres comprometidos con el cuidado de su familia, con la educación y crianza de sus hijos, con la plena convicción de que ellos también deben ser reconocidos por la sociedad y por las mujeres.
Cuánto ha cambiado el perfil del padre de familia, ese que entre más rudo, estricto y radical más reconocida y respetada era su figura. Casi el único proveedor de la familia, aquél al que los hijos difícilmente “se le subían a las barbas”, es decir; los hijos obedecían “sus órdenes”, incluso en su ausencia, mamá podía utilizar su nombre como amenaza para que los hijos se comportaran bien, bastaba con que dijera: “ahora verás cuando llegue tu padre”.
Y era así como su rol como ya lo dije, sólo era el de proveedor de la familia, protector de su esposa, regañador de los hijos, amenazador y parece que hasta ahí llegaba su función. Entonces casi no había historias en las que la figura de papá fuera un hombre cariñoso, amoroso, juguetón con los hijos, y ya ni decir de que se involucrara en algunas otras actividades que sólo eran consideradas para las mamás, porque era considerado un “mandilón”.
Al respecto recuerdo una película mexicana de los años 50 muy graciosa en la que en un matrimonio los reclamos mutuos eran tan cotidianos sobre si el rol de ama de casa era mucho más sencillo que el de padre trabajador y proveedor, que “el diablo” les concede cambiar los papeles y permite ver desde otra perspectiva las dificultades que ambos pasaban hasta que aprendieran la lección.
Así pues, en esa película no sólo se ve al hombre como “amo de casa”, sino que la mujer toma el papel de “papá proveedor”, ese que sólo era adjudicado a los hombres, y justo en ese mundo de hombres la esposa puede darse cuenta de lo que implicaba salir de casa a ganarse el sustento, claro que en este juego de roles también aparece la infidelidad, socialmente permitida al hombre y en ese caso quien por supuesto lo hacía era la mujer con su “secretario”, claro está.
Al paso del tiempo parece que esa película se adelantó a lo que hoy pueden ser las nuevas dinámicas familiares, en las que la figura del padre ya no sólo es la de proveer, sino de compartir las tareas con su pareja como son salir a trabajar, ayudar en casa, organizar las fiestas de los pequeños, preparar la comida, ir al súper (especialmente los domingos por la tarde) eso sí JAMÁS en los horarios del fútbol.
A esa nueva versión de padres comprometidos, a los que la sociedad les ha “otorgado el permiso” para expresar el amor a sus hijos, jugar con ellos, cargarlos, besarlos y que además lo hacen muy bien, aunque ya pasó, va un aplauso y por supuesto FELIZ DÍA DEL PADRE.
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