Reforma Judicial en el Estado de México
El aburrimiento aparece cuando la creatividad muere.
El aburrimiento, sensación de fastidio provocada por la falta de diversión o de interés por algo, no discrimina. Lo experimentan niños, jóvenes y viejos. Ataca a solteros y casados, divorciados y viudos, ricos y pobres, gordos y flacos, altos y chaparritos, se encuentra en todas las razas humanas, en personas con altos grados profesionales o con niveles socioculturales menos afortunados.
El aburrimiento, así como se hace presente en cualquier persona, también tiene diferentes maneras y grados de manifestarse. Puede aparecer por solo unos momentos o quedarse como huésped permanente el resto de la vida.
En los niños por ejemplo, suele hacer su aparición cuando no tienen la oportunidad de jugar, o cuando en la escuela no es atractiva la actividad que realizan, ya sea porque el contenido del tema que están viendo no les gusta o porque su maestro o maestra no logra captar su atención.
Al respecto muchos sabemos que los niños están dotados de un alto potencial de creatividad, pueden ser capaces de sostener una lucha con dragones en un castillo con reyes y caballos hechos con cualquier material que encuentren a la mano o tan sólo usando su imaginación.
Los pequeños difícilmente se sienten aburridos, curiosamente cuando esto sucede es porque hubo la intervención de un adulto: “estate quieto”, “no des lata”, “ya cállate”, “ahorita no molestes”, “ahora no puedo jugar contigo, estoy muy ocupado”, “deja de hacer tonterías” y así no me alcanzarían mil hojas para enlistar todas las frases que los “grandes” suelen decirles a los niños, sin darse cuenta que muchas veces con ellas lo que hacen es ir “matando” su creatividad, ocasionando en algunos casos la construcción perfecta del futuro adulto aburrido en potencia.
Ahora bien, la creatividad entonces parece ser la antagonista del aburrimiento, y si me atrevo a plantearlo así es porque basta con reflexionar un poco sobre el punto central de su definición “facultad de crear”. Por tanto, cuando una persona en su juventud o adultez con frecuencia expresa sentirse aburrido, quiere decir que tiene dificultad para crear, osea para resolver, habilidad fundamental en los seres humanos para desenvolverse sanamente en todos los sentidos.
Ahora, con esta descripción de lo que es una persona creativa y una aburrida, es decir, el que tiene la habilidad de resolver y el que no, pensemos un poco en las consecuencias en diferentes escenarios, jugando distintos roles. Imaginen por un momento un padre de familia, una madre, un esposo, una esposa, un profesionista dedicado a atender personas, en ambientes en los que se deciden presupuestos, o se atiende la salud, en contextos en los que fungen como guías, educadores, etc. ¿Cuáles serían los resultados?
Queridos lectores, un momento de aburrimiento no le hace daño a nadie, siendo positivos es un recreo mental que puede servir para la reflexión. Pero si éste aparece con frecuencia es hora de hacer un replanteamiento de lo que se busca en la vida antes de que comiencen a instalarse la frustración, la infelicidad y en algunos casos el deseo de que la vida llegue a su fin.
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