Libros de ayer y hoy
Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de México son espacios naturales estratégicos para la conservación de la biodiversidad del mundo y generan los servicios ambientalesde los que dependemos todos los mexicanos. En el último año varias ANPs han sido noticia por motivos diversos. Uno de ellos fue el cambio de categoría del Nevado de Toluca de Parque Nacional a Área de Protección de Flora y Fauna en octubre del 2013. Casi un año después el tema sigue vigente.
Las razones de la recategorización
El Parque Nacional Nevado de Toluca se decretó en 1936 en ejidos cuya expropiación nunca se pagó. En décadas posteriores el gobierno mexicano agravó su propia contradicción dotando a más ejidos de tierras dentro del entonces Parque Nacional. En la actualidad, además de propiedad privada, hay 54 ejidos, la mayoría parcialmente dentro del Nevado de Toluca, y 5 mil personas viven en el ANP.
Como resultado de esta situación, muchos ejidos eliminaron la cobertura forestal de parte de sus terrenos para efectuar actividades agrícolas; actualmente se realiza pastoreo dentro de los bosques, y la tala ilegal ha mermado la densidad de la cobertura arbórea. Esos son, en resumen, los puntos con los que se justificó la modificación del decreto, asegurando que, con la nueva categoría, sería posible intervenir legalmente para revertir el deterioro del ANP y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. El argumento, planteado así, es lógico.
Problemas con los datos detrás de la toma de decisiones
Es cierto que los bosques del Nevado de Toluca no son prístinos y que existía una contradicción legal (culpa de errores históricos del gobierno) entre la figura de Parque Nacional y el hecho de que existan poblados y zonas agrícolas dentro del Nevado. El problema, gravísimo, está en que los datos del deterioro del Nevado de Toluca con los que se justificó el nuevo decreto y las acciones de manejo propuestas cuentan verdades a medias, y que el nuevo Programa de Manejo del ANP no fomenta revertir el deterioro sino permitir la explotación de lo que sí se estaba conservando.
Por ejemplo, la tasa de deforestación que la CONANP maneja en el programa de manejo del Nevado de Toluca es de 156 ha/año para el período 1972-2000. El dato proviene de un artículo del 2006 publicado por Franco y colaboradores en la revista Maderas y Bosques. Vamos a destacar tres puntos:
1) Pérdida de densidad, no deforestación: No se trata de una tasa de pérdida total de la superficie forestal, sino de paso de bosques densos y semidensos a fragmentados. La tasa de remoción completa de la superficie forestal con los propios datos del artículo de Franco y colaboradores, es de 2-7 ha/año. Para años subsecuentes (2000-2012), utilizando datos independientes2 obtenemos 8 ha/año.
2) Lapso de tiempo erróneo: Entre 1972 y el 2000 hay 28 años, por lo tanto para calcular la tasa anual hay que dividir entre 28. Franco y colaboradores dividieron entre 18, es decir 100 ha/año, no 156. Un error humano que infló la tasa de deforestación en un 36%.
3) Oculta qué tipo de bosque fue realmente afectado: 156 ha/año es la tasa global para los cuatro tipos de bosque del Nevado de Toluca: oyamel, cedro, pino y latifoliadas (encino y aile). Es muy relevante mencionar esto, porque según Franco y colaboradores, el único tipo de bosque que verdaderamente fue afectado es el de pino.
En conclusión, la CONANP ha tomado decisiones con base en un dato de deforestación inflado, que en realidad se refiere a pérdida de densidad y que oculta que los bosques afectados fueron sólo los de pino. La mayoría del resto de los datos de deterioro tienen problemas semejantes.
El manejo propuesto acelerará la pérdida de los bosques
Ahora analicemos lo que propone el Programa de Manejo para disminuir la deforestación: combatir la tala ilegal transformándola en aprovechamiento forestal comercial. El aprovechamiento se realizaría en la Subzona de Aprovechamiento Sustentable de Recursos Naturales Forestales, que según la última versión del programa de manejo consta de alrededor de 17,900 hectáreas, principalmente de bosques de oyamel.
El aprovechamiento forestal, argumenta el equipo del PROESNEVADO (un programa del Estado de México dirigido por el exgobernador Ignacio Pichardo Pagaza)3, se haría de forma sustentable, sin ser mayor al incremento corriente anual total y aplicando el criterio del aprovechamiento restringido de acuerdo Reglamento de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable. Es decir, el aprovechamiento forestal se haría en turnos de 10 años y con una intensidad máxima del 20% (del volumen en metros cúbicos, o del área, si este valor no se tiene). Lo que lleva a una tasa de corta para el aprovechamiento forestal de 358 ha/año (Recuadro 2).
Cálculo de la superficie talada por año para aprovechamiento forestal según el PROESNEVADO.
Superficie para aprovechamiento forestal: 17,900 ha
Turnos 10 años: 17,900 ha /10 = 1,790 ha/año
Intensidad máximo del 20%: 1,790 x 0.20 = 358 ha /año
En otras palabras, para combatir la tasa de deforestación que supuestamente deterioró los bosques del Nevado, se pretende aprovecharlos comercialmente con una tasa del doble de la que los erosionó y que es 43 veces mayor a la tasa con la que se perdió la superficie forestal en la última década.
Y así podemos analizar muchos ejemplos más de cómo han sido usados los datos de deterioro del Nevado de Toluca para justificar políticas que no revertirán el deterioro o incluso generarán un mayor impacto. Es a este tipo de contradicciones a las que nos opusimos un grupo de científicos que trabajamos en la región.
Propuestas de manejo alternativas
En 2013 respondimos a la consulta pública del Borrador del Programa de Manejo proponiendo con fundamento técnico una serie de modificaciones para mejorarlo. Generamos una subzonificación del ANP en la que los principales bosques que a la fecha se han conservado densos, y a la vez son los más importantes desde el punto de vista biológico y de prestación de servicios ambientales, quedarían protegidos dentro de la subzona de Preservación4. Esto de forma que cada ejido tuviera un balance entra la superficie para conservación y la disponible para actividades productivas.
El Consejo Ciudadano de la CONANP, por unanimidad, exhortó a la CONANP a escucharnos y buscar consenso. Se propuso también crear un fondo especial para financiar la conservación del Nevado, tomando ejemplo de estrategias exitosas en México y utilizando las herramientas ya desarrolladas por las mismas instancias de gobierno. Por ejemplo, el propio gobierno del Estado de México ya tiene un programa ligado al pago por agua que podría extenderse.
Respuesta de la CONANP
Para nuestra sorpresa, la CONANP no ha tomado lo anterior en cuenta. En la segunda versión del Borrador del Programa de Manejo abierto a consulta pública el 1 de Agosto pasado, se presenta una subzonificación que modifica nuestra propuesta sin argumentos sólidos y sin atender los exhortos del Consejo Ciudadano. Prevalece que abrir la mayor parte del Nevado a manejo forestal comercial de manera inmediata es la única opción.
El argumento con el que la CONANP y el PROESNEVADO justifican esta medida es el de justicia social. Es decir, permitir que los dueños de la tierra, que en su mayoría viven en condiciones de pobreza, se beneficien económicamente de sus bosques. La razón es perfectamente válida. El problema es 1) querer culpar al ANP de la pobreza y suponer que abrirla a explotación inmediata resolverá el problema en el largo plazo, 2) no considerar lo que significa social y ambientalmente abrir de súbito a actividades extractivas lo que antes estaba restringido, y 3) ignorar que la pobreza también prevalece en sitios donde estas actividades son permitidas. Existen otras alternativas, pero requieren coordinación institucional y que quienes vivimos fuera de las ANP reconozcamos que dependemos de sus servicios ambientales.
La socialización del cambio de categoría se ha realizado de forma deplorable
Para complicarlo todo, no sé informó correctamente a los pobladores lo que se proponía antes del cambio de categoría y han imperado malas prácticas sociales: se quitaron apoyos gubernamentales a quienes se ampararon y se difundió la expectativa de que el aprovechamiento de los recursos ahora permitiría un rápido enriquecimiento. Incluso se está realizando una campaña publicitaria con folletos, espectaculares y spots de radio financiada con dinero público (pero sin logotipos que la identifiquen con el gobierno), en la que se promueve que el cambio de categoría favorecerá la agricultura y la ganadería. Todo sin primero tener listo el Programa de Manejo, lo que hará ahora mucho más difícil realizar propuestas congruentes con la conservación.
Conclusiones
La CONANP hace un trabajo loable en otras partes de México, pero en el Nevado de Toluca parece estar enfrascada en solucionar errores gubernamentales pasados con el mayor error histórico que ha visto el ANP.
No podemos arriesgarnos a perder los bosques del Nevado. Protegen a los pueblos pendiente abajo de deslaves y abastecen de agua a Toluca y la Ciudad de México. Además, su biodiversidad es la de una isla en el cielo que ha subsistido a través de erupciones volcánicas y cambios climáticos.
Hay otros Parques Nacionales en una situación similar a la que ha vivido el Nevado de Toluca y se ha mencionado de la posibilidad de que se realicen más recategorizaciones, ¿Seguirían la deficiencia técnica con la que se han justificado las acciones en el Nevado? ¿De qué servirá que los actores interesados nos involucremos si las decisiones parecen estar dictadas de antemano? ¿Por qué flexibilizar la política de conservación si está probado que no lleva mas que una espiral de pobreza y pérdida de recursos naturales?
Alicia Mastretta-Yanes.