La Polémica | Al olvido la CUSAEM y el ISSEMyM
Después de muchos años y a partir de un señor que sin más nos ganó la entrada a un súper, en pleno domingo, caí en la cuenta de que vivimos en un contexto donde todos tenemos prisa, SIEMPRE. Y no nos damos cuenta de que por las prisas nuestros comportamientos a veces son absurdos e incongruentes.
Por ejemplo la señora que lleva a su hijo a la escuela, el chamaquito baja corriendo, mientras a ella se le ve al volante, si no trae aún la pijama tiene un tubo puesto en el cabello, sí señores, aún las hay. En la mano lleva el rímel en posición de que se lo va colocando, con esa misma detiene el volante y con la otra hace ademanes como de dar la bendición a la criatura y al mismo tiempo le dice, (con la misma mano), anda vete se hace tarde y por si fuera poco, con la misma que santiguó al niño, también le hace señas obscenas al conductor de atrás, que por cierto también lleva prisa y no deja de tocar el claxon, como si con ello por arte de magia el auto de adelante de verdad avanzara.
Papás y mamás ¡ojo! porque todo lo que hacemos al volante es un curso intensivo para los niños que nos observan.
En otros sitios en los que también las prisas están a la orden del día es en el súper, sobre todo en un día en el que no debería haberlas porque es día de descanso, el domingo, pues si, ya se está haciendo costumbre que las tardes del domingo están saturadas del espíritu de las prisas de la semana y se ha convertido en un verdadero martirio, todos quieren o más bien queremos aprovechar ese tiempito.
Pero además las prisas, si se convierten en el pan de cada día, pueden comenzar a transformar tus hábitos buenos en malos. Por las prisas, los niños llevan a la escuela un lunch express, los medianos y grandes van de prisa por la calle con un vaso de mal café en la mano y unas galletas o pan llenos de azúcar.
Por las prisas, muchas personas han olvidado como se vive sin ellas, van por la vida ejerciendo presión a los otros, en las filas, en el tráfico, en el trabajo, en la familia, en su vida personal.
Regularmente las personas que viven con prisa y de prisa, viven sin darse cuenta de muchas cosas y momentos maravillosos que pasan a su alrededor, se han perdido de disfrutar a su pareja, de una película, de simplemente sentarse a ver cómo se oculta el sol.
Bajemos un poco la velocidad y no permitamos seguir viviendo de prisa, vivamos un día a la vez, como dice la canción “No me esperen yo me quedo aquí”.
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