
Violencia de género en el Estado de México
El vocero de Antorcha nacional, Miguel Ángel Casique, hizo el favor de etiquetarme en Facebook el 14 de mayo, un desplegado que pagaron con unos 100 mil pesos «de la organización de los pobres» para que se publicará en el periódico Milenio, con tal de que me enterara públicamente y ante todo el país, que «soy vocero de Morena».
Pero hay que reconocer que esta organización priista no se equivoca. Tiene razón. Sí, soy vocero de Morena, pero también de Antorcha, del PRD, PRI, PAN, Nueva Alianza, de organizaciones sociales, de ciudadanos, de todos ellos que confían en este reportero para hacer público sus temas, quejas o peticiones.
Es la segunda vez, en menos de 15 días de que la Dirección Nacional Antorchista, paga miles de pesos, para publicar dos desplegados, para llamarme «vocero de Morena», porque, simplemente, no le gustó que se publicará una nota de una banda de secuestradores a la que pertenecía una mujer que apodaban «La Jarocha» y que fue identificada por Delfina Gómez Álvarez, candidata de Morena a la diputación federal por el distrito Texcoco-Chimalhuacán.
Esta mujer, «La Jarocha» hostigaba a la profesora durante sus caminatas por las calles de Chimalhuacán, para que no hiciera proselitismo político en ese municipio controlado por Antorcha y en donde no se permite el ingreso de otros partidos políticos, ya que son hostigados, golpeados y expulsados por la militancia de esa organización priista.
La versión fue dada a conocer por la misma candidata Delfina Gómez, durante una conferencia de prensa el pasado primero de mayo, como ya lo explique en una columna anterior.
Incluso, no había necesidad de pagar costosos desplegados para hacer su aclaración, bastaba con enviar su carta aclaratoria a todos los medios que publicaron esa nota informativa, como en el caso de reporterosenmovimiento.wordpress.com.
Pero no, el objetivo de Antorcha era agredir, insultar públicamente. llamar «prostitutas mediáticas» a los reporteros de la región de Texcoco, «calumniadores» y ahora «vocero de Morena» a un «tal Juan Lázaro Santiago», como si no me conocieran después de más de 25 años de publicar notas de los líderes de Antorcha y de su organización.
Lo peor es que ni siquiera se molestan en preguntar sí realmente Juan Lázaro, fue el autor de la nota o no, sólo porque se publicó en el portal de reporteros movimiento, ya «estoy atacando» a esa organización, según sus criterios.
En el fondo, Antorcha esta molesta con este reportero por «resentimientos personales» de Laura Castillo, vocera del gobierno de Chimalhuacán, a quien se le publicó que como funcionaria pública hacia trabajos de proselitismo político en Texcoco, a favor del candidato Brasil Acosta.
Luego, también se incomodan, porque se le cuestionó a la organización y a su candidato a la alcaldía de Texcoco, Brasil Acosta, de tratar de ganar el siete de junio, con mentiras e información falsa de lo que ocurre en ese municipio mexiquense.
Me preguntó ¿Cómo es posible que Brasil Acosta, todo un doctor en economía, asesor personal de Aquiles Córdoba Morán, use una mentira tan grande, como decir que el ayuntamiento de Texcoco, regalo o vendió 480 hectáreas al municipio de San Salvador Atenco?
¿Cómo es posible que Antorcha siga gastando miles de pesos para pagar publicaciones para repetir esa mentira e incluso, llamar a firmar a los vecinos de la Magdalena Panoaya, para echar abajo «ese decreto»?
Le preguntó al doctor Brasil ¿Cuál decreto? Por favor. Sí todo se resume en un simple convenio amistoso, a petición de los delegados municipales de la Magdalena Panoaya y sancionado por la Comisión de Límites territoriales del gobierno del Estado de México, entre los ayuntamientos de San Salvador Atenco y Texcoco, para empezar a solucionar ese conflicto de límites territoriales que tiene más de 50 años y que incluidos los gobiernos priistas y perredistas, ninguno «tomo el toro por los cuernos» para darle solución.
De inicio le recomiendo al doctor Brasil, que busque asesores que realmente conozcan Texcoco o al menos que solo quiera escuchar a Laura Castillo u a otros líderes antorchistas externos que llegaron a ese municipio para manipular el caso de la Magdalena Panoaya y Rivapalacio, donde está en conflicto de límites territoriales.
Me extraña que Brasil Acosta quiera gobernar Texcoco y no sepa que esas 480 hectáreas siempre han estado dentro del territorio de San Salvador Atenco como lo demuestran los planos de las oficinas de Estadística y Geografía del gobierno del Estado de México y con el convenio amistoso que firmaron los ayuntamientos de Texcoco y San Salvador Atenco, se recuperaron 80 hectáreas para Texcoco, en donde por cierto está incluida la población de La Magdalena Panoaya.
Pero no, Brasil Acosta y su organización Antorchista insisten en repetir una y otra vez esa mentira, con tal de ganar votos a su favor.
A nuestros lectores, le recuerdo, que Antorcha tiene a sus activistas listos para provocar e incluso, crear un escenario de violencia, en donde puede haber víctimas mortales. Hay que tener cuidado.
Y lo digo por lo siguiente:
El 28 de abril, día en que el alcalde interino, Nazario Gutiérrez, llegó a la Magdalena Panoaya, para dar una explicación sobre el conflicto de límites, Héctor Javier Álvarez, líder de Antorcha en el municipio de Melchor Ocampo, se hizo pasar como «reportero del periódico Milenio», para provocar a la autoridad municipal y generar malestar social.
Y lo logró, hubo gritos y sombrerazos, así como airados reclamos al alcalde Nazario Gutiérrez que no sabia no como defenderse.
El 9 de mayo, Antorcha intentó adueñarse de la asamblea comunitaria que convocaron las autoridades ejidales de la Magdalena Panoya, para hablar sobre los límites territoriales, incluso, quisieron colgar una manta del candidato Brasil Acosta y repartir playeras rojas para rechazar «el decreto».
Ahí, también estaba «el periodista de Milenio», Héctor Javier Álvarez, la vocera de Chimalhuacán, Laura Castillo y hasta la vocera de Antorcha estatal, Cecilia Anaya, entre otros activistas que estaban listos para generar violencia y lo lograron.
El provocador directo fue Bonifacio Gallegos Sánchez, un activista de Antorcha de la comunidad de Rivapalacio, quien se lío a golpes con algunos vecinos, porque quiso acallar con gritos la intervención del alcalde Nazario Gutiérrez, cuando dio por segunda ocasión una explicación sobre los límites territoriales.
Afortunadamente, vecinos, antes de la asamblea, lograron replegar a los Antorchistas que llegaron a repartir las playeras de «no al decreto» y evitar que se colgara la manta del candidato Brasil Acosta, por lo que solo se registró la provocación de Bonifacio Gallegos.
Pero la violencia puede detonarse no solo en la Magdalena Panoaya, sino en cualquier otro punto del municipio de Texcoco, donde la provocación antorchista está a «flor de piel».
Se me olvidaba, recuerde usted amigo lector que ellos siempre son la víctimas y «ponen los muertos».
PARA EL ARCHIVO…
Por cierto, ¿cuál será el acuerdo entre el periódico Milenio y la Dirección Nacional Antorchista, en donde se publican costosos desplegados y se permite que un activista de esa organización priista, se haga pasar como periodista de Milenio, para infiltrarse en una conferencia de prensa?
También la vocera de Antorcha estatal, Cecilia Anaya, eliminó de sus contactos a Juan Lázaro y ya no le envía información sobre esa organización priista, a pesar de que se le publicaba sin un solo costo.
Y que decir de Laura Castillo, la creadora de todo este escenario, jamás se ha dignado a dialogar con los reporteros de Texcoco, para que al menos los conozca y no solo publicar despegados para ofenderlos llamándolos «prostitutas mediáticas».
Y le repito al candidato Brasil Acosta, busque asesores que realmente conozca Texcoco y no cargue con sus compañeros de Antorcha que no saben lo que pasa en ese municipio.
Desde este espacio envió un saludo a toda la Dirección Nacional de Antorcha.