Deleitará gastronomía mexicana a París durante Día de Muertos
MÉXICO, DF, 9 de julio de 2015.- Son las once de la mañana y en la vivienda de Lam Akol comienza a oler a pescado. Partícipe del aroma que se distribuye desde la cocina hacia las fosas nasales, nuestro anfitrión se permite el primer inciso. Afuera de la vivienda, alejados de diatribas políticas, tres niños juegan entre la basura, la bosta, la mierda sin eufemismo.
«Estamos en el filo (del abismo). Si esta guerra continúa por uno o dos años más, será un desastre», sentencia nuestro cicerone antes de levantarse del sofá.
A sus 64 años, Akol representa, con mayúsculas, la historia reciente de Sudán del Sur; un país agitado como las pulseras de colores que decoran su tobillo izquierdo.
En 1986, Akol ingresaría en el Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA), milicia que combatía contra el Gobierno norteño de Jartum.
Por entonces, el verdadero interés de rebeldes no era la independencia de Sudán del Sur, sino la generación de un nuevo Estado donde las poblaciones del norte y del sur pudieran vivir en igualdad de condiciones.
En 1991, las desavenencias de Akol con el fundador del SPLA, el ya fallecido John Garang de Mabior, motivarían la escisión del grupo en una nueva formación, el SPLM/A-Nasir.
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