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TOLUCA, Edomex., 4 de enero de 2014.- La acelerada y creciente presencia de motocicletas en la capital mexiquense ha impactado al sector del trasporte, pues aunque la operación de “mototaxis” está prohibida en cualquier punto de la entidad, su presencia va al alza y han desplazado a los bicitaxis que hasta hace una década realizaban, prácticamente, todos los traslados cortos en comunidades, barrios y delegaciones ubicadas en la periferia de la capital mexiquense.
Aunque la mayoría de los operadores de bicitaxis que tratan de sobrevivir a la ola de “mototaxistas”, admiten que de tener el capital suficiente (10 a 20 mil pesos), no dudarían en comprar una motocicleta para hacer su trabajo más ligero, un sector minoritario, en su mayoría de choferes de más de 40 o 50 años, precisan que no están dispuestos a cambiar su unidad.
“Son dos cosas por los que no cambiaría mi bicitaxi: el primero es que no tengo dinero para comprar una moto (y suelta una sonrisa) y el segundo es porque una vez en el Distrito Federal vi cómo atropellaron a uno. Si hay chance de tener una moto porque algunos patrones las rentan, pero las cuentas son elevadas», comentó el señor Isidro que tiene 14 años operando en la Central.
Los artículos del Código Administrativo del Estado de México 7.36 y 8.14 Bis del Decreto 109 emitido el 14 de octubre de 2008, prohíben la operación de motocicletas con remolques para transportar personas.
Prohibición que se registró en su momento a partir de que el ex legislador local Rolando Elías Wismayer, junto con el ex secretario del ramo estatal Fernando Maldonado Hernández, consideraron que permitir el traslado de personas en una motocicleta adecuada con una cabina con capacidad para dos, tres o hasta cinco pasajeros, no era seguro para el usuario y operador de la unidad.
Según algunas estimaciones de los mismos dirigentes en los últimos cuatro años han aumentado en un 600 por ciento los mototaxistas y uno de los únicos espacios que han encontrado aquellos choferes que no han realizado su transformación de bici a moto, han sido las calles internas de la Central de Abastos.
“Somos como 40, cobramos dependiendo la distancia, de la avenida -López Portillo- a la zona de manojeo, el pago es de cuatro pesos por persona; si el viaje es hasta las últimas naves se cobran hasta seis pesos y la gente los paga porque saben que el trayecto es muy largo y ya cargado con bolsas pues les cuesta más trabajo caminar», comentó Abraham Martínez, representante de los bicitaxistas.
El dirigente recordó que de acuerdo a las disposiciones de los administradores de la Central de Abastos y de la misma organización de bicitaxistas, no se permite la operación de mototaxis.
Por su parte el joven Daniel Jacinto Pérez, dijo que de introducir motos en la Central sería muy riesgoso porque «manejan muy loco».