
Violencia de género en el Estado de México
No en balde los ciudadanos del país tienen una mala imagen de la política y los partidos políticos, pero si eso no bastara y para confirmarlo, el líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, los diputados del Partido Acción Nacional y el legislador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, dejaron en claro que la cloaca es más grande de lo que muchas veces piensa La Mayoría Silenciosa.
El primero de los casos demuestra la desesperación del líder nacional del PRI por cumplir con uno de los deseos políticos más añorados del presidente de la República, Enrique Peña Nieto: ganarle el Distrito Federal al PRD, situación que después de los escándalos del ‘Rey de la Basura’ resulta algo complicado, esto aunado a la falta de cumplimiento de acuerdos políticos con René Arce y Víctor Hugo Círigo.
Por esta razón, César Camacho pasó por alto que el líder en mención fue vinculado a una red de trata de personas y se aventó la puntada de señalar que “el PRI no puede desterrar a quienes han servido al partido en condiciones difíciles” y agregar que Cuauhtémoc Gutiérrez tiene la puerta abierta en su partido por su trabajo político y grupal; “para nosotros no sólo es respetable sino importante”.
No esperamos que el líder del PRI en el DF sea juzgado a la ligera, pero tampoco abona que los priistas pasen por alto estos excesos en sus cuadros, tan solo por querer recuperar una plaza importante. A eso se le llama impunidad, por eso estamos como estamos.
Pero si de excesos se trata, que tal la fiesta de escándalo de los diputados panistas que destapó Reporte Índigo, pues con un video el diario nacional demuestra cómo los legisladores tuvieron una fiesta con bailarinas de table dance en Puerto Vallarta. En el mismo se aprecia una plática sana, un manoseo, un besito y la salida de un diputado de una recamara, en donde se deja entrever la visita a la alcoba con una bailarina.
Lo anterior no tendría relevancia si los panistas no tuvieran fama de ser mochos, católicos y hombres de familia, y aunque era un secreto a voces la doble moral de muchos de sus militantes, una cosa es que te cuenten y otra que lo veas en vivo y a todo color.
Y por último, que tal el asunto del reintegro de 15 millones de pesos realizados por el diputado de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, recibidos por cuestiones de “subvención extraordinaria”, mismo que se pueden gastar de manera discrecional por parte de los diputados, es decir, como quieran.
Se sospecha que los diputados reciben jugosos bonos por aprobar iniciativas, pero la cantidad de recursos económicos siempre ha sido un misterio; sin embargo, ahora queda claro que el manejo de recursos es millonario. Y es que en el PRI tienen un dicho que dice: “En política todo lo que se puede comprar es barato”.
Queda claro que si queremos pasar a ser un país democrático, el PRI tiene que dejar de obtener el poder por el poder. Los diputados del PAN, lo menos que pueden hacer, es pedir una disculpa pública para los ciudadanos que se sientan ofendidos con su comportamiento, como sucede en cualquier parte del mundo, y los diputados tienen que dejar de negociar beneficios y recursos para sus fines personales, o por lo menos una para ello y otra para La Mayoría Silenciosa, porque nos traen jodidos con sus aprobaciones en materia, laboral, fiscal y energética.
Los ciudadanos no esperamos un cambio radical en la forma de ser de los partidos, pero castigar a militantes, sobre todo cuando son descubiertos, sería un buen ejemplo de que quieren cambiar su imagen porque no hay una solo opción que nos dejen para votar en favor de alguien. Hasta ahora lo mejor es sufragar por el menos peor.