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TEPOTZOTLAN, Edomex., 6 de noviembre 2015.-El Museo Nacional del Virreinato abrirá del 7 de noviembre de 2015 al 21 de febrero de 2016, la muestra Miguel Cabrera, Las Tramas de la Creación, integrada por 45 pinturas, 17 libros, 4 documentos y 5 esculturas, que expresan el vínculo entre el pintor oaxaqueño y la Compañía de Jesús
Este artista es considerado el pintor por excelencia de la Virgen de Guadalupe, quien tuvo en sus manos el ayate de Juan Diego; Cabrera fue uno de los pintores más prolíficos y celebres del siglo XVIII, su éxito se extendió más allá de los círculos religiosos, porque también fue apreciado por la sociedad de su tiempo que deseaba ser retratada por el pintor más reconocido de la época, comentó Verónica Zaragoza, curadora de la exposición.
Los trabajos que realizó por encargo para la orden Ignaciana y, de manera particular, para el Templo de San Francisco Javier del Colegio de Tepotzotlán denotan la influencia del tratado sobre perspectiva del jesuita Andrea Pozzo en la concepción del programa iconográfico y artístico de esta obra monumental, explicó la maestra Zaragoza.
Miguel Cabrera fue miembro de la Congregación de la Purísima Concepción, la más importante de la Compañía de Jesús en la Ciudad de México. El artista se esforzó porque la pintura fuera reconocida como “arte” y no sólo como un oficio. Formó un vasto taller que le permitió producir obra para diferentes órdenes religiosas, así como para personajes destacados, como el arzobispo de México, y para una amplia clientela particular.
En esta sala introductoria se ofrece al público un panorama sobre la producción pictórica de artistas de la época de Miguel Cabrera, como son Juan Correa, Cristóbal de Villalpando, Nicolás Rodríguez Juárez, José de Ibarra, Francisco Antonio Vallejo, Juan Patricio Morlete Ruiz, José de Alzíbar y José de Páez.
“La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús”, segunda unidad temática, versa sobre el estatus que la orden tenía en ese tiempo en la Nueva España, además de esbozar cómo inició la particular relación con Cabrera con los jesuitas. Se matiza el análisis que éste y otros pintores realizaron al ayate de la Virgen de Guadalupe en 1751 y las copias que posteriormente creó, una de las cuales sirvió para la proclamación pontificia.
“Tepotzotlán, la creación total” es el núcleo central de la exposición, porque muestra la monumental obra del Templo de San Francisco Javier, donde se podrá ver la mano del pintor de caballete, del diseñador y decorador de retablos pero, sobre todo, se podrá apreciar su pintura mural, una faceta en la que se plantea la influencia de fuentes europeas, y de la que sólo dejó testimonio en el Colegio de Tepotzotlán.
La cuarta unidad temática, “La Congregación de la Purísima Concepción”, aborda un tema descubierto y estudiado por la doctora Luisa Elena Alcalá, sobre la pertenencia del pintor a esta congregación mariana. Se observará la repercusión en su vida profesional y personal, pues el hecho de que un pintor formara parte de esta congregación significaba un gran reconocimiento y le daba prestigio como maestro del arte de la pintura.
En el último, “Devociones y varones ilustres”, se observará a un Miguel Cabrera en la cúspide de su carrera, un artista que supo plasmar en numerosas obras las devociones e ideales de la Compañía de Jesús para promoverla en la Nueva España. En esta sección se presentarán algunas de las piezas de las series de la Vida de San Ignacio de Loyola que realizó en el mismo año para el Colegio de Querétaro y la Casa Profesa, así como imágenes de otros santos jesuitas.