Balazos en el pie
PACHUCA, Hgo., 26 de noviembre de 2014.- Con el lema “No te creas todo lo que te cuentan”, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) promueve una cultura de consulta a partir de la cual, afirman, los datos que revelan son fidedignos para el uso que quiera dárseles.
Sin embargo, es diversa la información que recopilan que dista mucho de la realidad, lo que no solamente atenta contra una cultura de transparencia y acceso a la información, sino que podría afectar las mismas políticas públicas que se basan en los datos que dan a conocer.
ERRORES EN LA CONTABILIZACIÓN Y LA CAPTURA
Ejemplo de lo anterior es el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2013, mismo que en materia de Seguridad Pública revela la existencia de 616 mil 355 presuntos delitos del fuero común para el año 2012 cuando de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), fueron reportados un millón 704 mil 918.
Ante el Inegi, Tamaulipas por ejemplo sólo reportó 35 secuestros, cuando la SNSP dice que fueron 123, y Veracruz no reportó ninguno cuando tuvo más de 90; en Homicidios, Chihuahua reportó a Inegi solamente 20 –y ellos así lo creyeron y lo transcribieron- cuando sucedieron al menos 2 mil dolosos, mientras que Michoacán, con más de 400 violaciones, no reportó una sola.
La diferencia de datos cuya totalidad alcanza una proporción de 2.76 veces de uno respecto al otro, evidencia la dependencia que se tiene sobre los cuestionarios multitemáticos sin antes conciliar dicha información con otras fuentes similares, a pesar de que “el censo considera las cifras sobre delitos clasificados bajo los criterios establecidos en la Norma Técnica para la Clasificación Nacional de Delitos del Fuero Común para Fines Estadísticos”.
Por otro lado, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE), también elaborado por Inegi, revela información actualizada a octubre de 2013 de manera censal –es decir, sobre toda la población y no sobre muestras ni estimaciones-, el número de establecimientos existentes en el país, aunque de manera errónea.
Sobre el anterior, se observa por ejemplo la existencia de 8 mil 915 establecimientos identificados con la cadena comercial Oxxo, mientras que para la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), donde por ser estos comisionistas bancarios deben revelar el número de módulos (establecimientos) con los que operan, la cifra alcanza los 11 mil 939, es decir, que es 1.34 veces superior.
ERRORES METODOLÓGICOS
Otro ejemplo es el cálculo del número de desempleados que hay en el país, para lo cual es usada la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Si bien en el mismo, al tratarse de una muestra y por ende, revelar datos con ciertos grados de liberad sobre la media o bien, sobre un intervalo de confianza que de antemano aprecia una aproximación, es en el terreno metodológico donde muestra flaquezas.
Y es que en su cuestionario, para que una persona sea considerada ocupada –empleada- basta que esta se encuentre “trabajando por lo menos una hora o un día, para producir bienes o servicios de manera independiente o subordinada, con o sin remuneración”.
En otras palabras, lavar un auto por espacio de una hora durante la semana en que se levantó el formulario, aún sin percibir ingreso es suficiente para no engrosar la cifra de parados, así como lo sería haber realizado alguna actividad remunerada, con motivo de subsistencia, aunque esta apenas haya rebasado los 60 minutos en toda una semana.
Ante las condiciones anteriores, que no son las únicas, debe ponerse en la mesa el tema de la confiabilidad de dicho organismo, sobre todo cuando es el instrumento idóneo usado por los investigadores de todos los niveles en las academias, así como el fundamento mediante el cual son diseñadas las políticas públicas del país, que no es un tema menor.