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TOLUCA, Edomex., 27 de octubre de 2014.- No hay día que no llegue y plazo que no se cumpla, seis meses de espera se redujeron a casi 12 horas de música en las que convivieron poco más de 50 mil personas, disfrutando de diversas corrientes del género metal y del rock, en el Corona Hell & Heaven Metal Fest 2014, el pasado sábado en la envolvente curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez ubicada en el macrocomplejo de Ciudad Deportiva al suroriente de la Ciudad de México.
Un total de 72 bandas con toneladas de producción, entre novatas y leyendas, fueron recibidas por los fanáticos del metal, quienes no hicieron caso al clima caluroso, las clásicas caras pintadas al estilo Kiss, algunos adelantaron el Halloween con pelucas y trajes extravagantes, no faltaron los de estilos clásicos con melenas largas, botas, camperas o de plataforma, jeans, chamarras de cuero, otros con camisas al estilo grunge de los noventa; se mostraban orgullosos, en el espacio que levantaba polvo literalmente, por la cantidad de personas caminando y uno que otro periodista agitado recorriendo el sitio como Chava Rock.
Los escenarios principales, acaparaban la atención de una gran parte del público, contrario al disminuido escenario New Blod Stage, que albergó a bandas jóvenes que en las primeras horas no contaron con muchos asistentes y que a pesar de la notoria diferencia de condiciones de producción, estuvo plagado de slam de la fanaticada tras el paso de las horas.
La tarde fue envejeciendo y con ella salieron monstruos legendarios en los escenarios principales que se fueron robando a la audiencia de los demás escenarios poco a poco; Angra, desde el mismísimo Río de Janeiro, extravió la samba desde hace mucho y con su nuevo vocalista al frente: Fabio Lione, aseguraron que su paso por el festival fue contundente con el público, quienes los recibieron después de que festejaron ya 20 años en la escena metalera internacional, con los temas que les han posicionado además de las de su nuevo disco.
Annhilator atropelló los sentidos, con irresistibles y estruendosos sonidos, pudimos ver que se encuentran en buen momento, pese a la larga trayectoria que tienen en la que han cambiado tanto de vocalistas y alineación, aparecieron y el terreno se volvió una tormenta de tierra con el tremendo festejo metalero del momento, se aseguró entonces que su Trash Metal es legítimo exponente con un set interesante que incluyó lo mejor de su historia y parte de su nuevo disco “Feast”, con un público bravo y exigente.
En los demás escenarios se desarrollaban también las presentaciones de Cephalic Cargane, Overkill, Venom, U.D.O., Obituary las bandas de la escena del público no tan villamelón del evento, claro está que hubo muchas más.
Cayó el sol, se anunció la noche y fue el momento propicio para que los monstruos atacaran el Hell Stage y con una creatividad única, exactamente cuando el color del cielo se tornó de naranja a azul, el himno nacional fue escuchado en una versión extravagante y con manifestaciones de inconformidad de parte de algunos asistentes y otros que también lo cantaban, salió Rob Zombie al escenario a ofrecer uno de los mejores shows en el Hell and Heaven, una lira de la Familia Monster y otra que se iluminaba en blanco, eran impresionantes y cautivadoras por su originalidad, fueron ocupadas con destreza, escuchamos apabullante solo de guitarra de John Five cuando el Zombie mayor ocupó una máscara de Blue Demon, visualmente fueron un placer al espectador, pues hicieron gran conexión en un ámbito muy musical pero también de carnaval, cuando dejaron caer del techo tremendas pelotas de colores que recordaban un tétrico circo; además de su limpio sonido como banda que se vio empañado como con muchas agrupaciones del evento por un audio con fallas, lo que no quitó el chance de escuchar la famosa “Drágula” o “Superbeast”.
Se apagó el escenario del infierno y se prendió el cielo, el Heaven Stage recibió bajo la estructura del escenario araña a Korn, donde la banda enloqueció a treintañeros que se emocionaban con su Nu metal, “Freek on a Leash” , “Here to Stay”, “Blind”, se escucharon en este set de la banda liderada por Jonathan Davis, no podía faltar la famosa gaita tocada por el mismo Davis en la presentación, además pudimos ver a Welch alineado otra vez con la agrupación que marcó la adolescencia de treintañeros que se entregaban a la nostalgia y capturaban las rolas de su nuevo disco de 2013.
Limp Bizkit, otra agrupación para la nostalgia, llegó recordando los temas que los hicieron famosos y se plantó en el Hell Stage, “Nookie”, “Rollin”, “My Generation” y “Break Stuff”, a diferencia de su banda hermana de generación Korn a la que hicieron alusión a mitad del evento cuando Fred Dust reconoció su grandeza, Limp Bizkit que no nos visitaba desde hace años, vino al Hell & Heaven sin novedades pero con la actitud y categoría musical que les representa; sin embargo, de nuevo el audio impidió para que todos disfrutaran a gusto de su show que incluyó temas de Metallica (Master of Puppets), Nirvana (Smells like teen spirit) además de Guns N’ Roses y un guitarrista enmascarado y pintado de negro obviamente Borland.
Tras el éxito de Limp Bizkit, llegaron los que habían prometido el mejor de todos los shows del festival de metal más importante de Latinoamérica, legendarios y entregados aparecieron en su Spider Stage, estructura que se montó en el Heaven Stage, fuegos artificiales y gritos anunciaron que Kiss estaba tocando en México, la segunda e inconfundible canción de la noche “Psyco Circus”, un himno del rock de estadio dio el golpe certero y los fanáticos no lo podían creer, transcurrió la presentación. Gene Simmons lanzando fuego tras soplar a una espada, después dejando escurrir sangre por la boca y mostrando su lengua infernal, Paul Stanley arrodillándose al público que gritaba su nombre cuando él se los pidió, canciones simbólicas como “Detroit Rock City” y de pronto, de nuevo Simmons elevándose sobre la gran araña de metal, dio paso al bajar, para Stanley volando al otro lado del escenario para cantar, de pronto un solo de batería mientras Petter Cris/ Eric Singer era elevado al aire para ser admirado por todos y el último en elevarse Thomy Thayer, después de tanto voltear al cielo mejor coreamos el cierre inigualable y aparecieron “I was made for lovin you” y “Rock & Roll all Nite” parte sin duda de la historia del rock mundial, que con más fuegos artificiales cerraron la quinta edición de este festival.
Para concluir, el festival cumplió con su función de entretener a los asistentes que pudieron ver a bandas juntas que en otro momento no sería imposible, lamentables dos torres de control a mitad de las zonas preferente y general que no dejaron apreciar bien a quienes estaban atrás, lo que hace reflexionar en este tipo de eventos, de las ganas de algunas personas de sentirse exclusivas.
Hubo quienes peleaban la compra de un lugar en la lista de convivencias con las bandas, apoyando que se provoque con las agrupaciones una línea divisoria tan solo de consumo con el público o la constante queja de los medios de comunicación que se sienten tocados por manos santas y quisieran ser quienes se lleven las exclusivas en toda ocasión y momento.
Se habla de que en 2015 está programada una edición más de este Corona Hell & Heaven Metal Festival, esperemos a ver qué sucede con la remodelación del Autódromo y además qué líneas seguirá el evento, para que no sea absorbido por los monstruos del entretenimiento, se mantenga independiente en sus decisiones de cartel y sobre todo fiel a su público.