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Quizá a usted no le resulte conocido el nombre de José Tirso Martínez Sánchez, y quizá menos el apodo de “El tío” o “El futbolista”, pero entre el año 2000 y 2004 era un nombre y apodo tan conocido como igualmente innombrable para los dueños y dirigentes del futbol mexicano.
Todos sabían de su existencia, pero todos lo negaban. La inmensa mayoría por miedo, otros por elemental precaución. En las charlas de café o comidas con algunos dueños y presidentes de clubes se contaban una y mil anécdotas del mítico “tío”.
José Tirso Martínez, era el dueño NO VISIBLE del Querétaro, Irapuato y el Celaya (en la división de ascenso). Una de las historias que algunos miembros de la familia futbolística nos confiaron es que “El tío”, luego de hacer negociaciones en el Draft, acostumbraba invitar a los presidentes a comer para liquidar alguna de las compras o préstamos hechos en el Draft.
Ahí, a final de la comida y en pleno restaurante, mandaba a alguno de sus lacayos a su coche y sorprendía al dueño o presidente del equipo invitado, ya que en lugar de recibir un cheque por el pago la negociación se le ofrecía un maletín repleto de dólares por la cantidad pactada por el jugador prestado o vendido a alguno de sus equipos. “Es que a mí no me gusta eso de los bancos”, decía el tío con una carcajada. Casi todos ellos aceptaron esos pagos en efectivo por miedo, saliendo del restaurante con un maletín lleno de dinero y muertos de nervios.
Los jugadores de aquel tiempo (2000-2003) de estos equipos en conversaciones “off the record”, nos confesaban entre risa y miedo que sus quincenas les eran pagadas en sobres en efectivo y en dólares. “Muchas veces con gente muy bien armada al lado. Así ni modo de ponernos al pedo mi fantasma”, me dijeron algunos.
Coincidentemente, hoy se ha conocido que la DEA acusa al “tío” de haber introducido en esos mismos años -entre 2000 y 2003- nada menos que 76 toneladas de cocaína y desde entonces era buscado. Se aseguraba, que el “dueño” del Querétaro, Irapuato y Celaya, era compadre del “Sr. De los Cielos” y de Arturo Beltrán Leyva, hoy se sabe que estaba vinculado de manera estrecha con el Cártel de Juárez, y con los narcos colombianos Víctor y Miguel Mejía Munera.
Más que sospechar, toda la familia futbolística sabía perfectamente que no era dinero lícito, pero ¿quién iba a ser capaz de ponerle el dedo? Nadie o casi nadie se atrevió a pagar el posible precio de semejante indiscreción. Si hasta las altas autoridades se tomaban fotos o compartían con él en su palco, no era nada sensato hacerle al súper héroe. De esos ya hay muchos en los panteones, ¿o usted lo hubiera hecho?
En el 2004, la situación se volvió insostenible. Las evidencias eran inmensas y con la dócil y cómplice “ceguera” de las autoridades aún más, que los preocupados dueños en una junta secreta en el 2004 decidieron tomar la decisión salomónica de “desaparecer” al Querétaro e Irapuato, con el “pretexto” de reducir la primera división de 20 a 18 equipos.
Y así la FMF prefirió pagar 10 millones de dólares a los prestanombres del “tío” y hacerlos a un lado, aunque se les permitió que en el Draft pudieran negociar las cartas de sus jugadores que no fueron tomadas en la negociación de esa expropiación futbolística.
En los años siguientes todavía se decía que el “tío” se había involucrado en la compra de la Piedad y en algunos equipos del ascenso, como el Salamanca, pero ya sin la visibilidad de otros tiempos, algo que ya no se pudo documentar.
El pasado 2 de febrero, en la ciudad de León, Guanajuato en la colonia las Margaritas, fue capturado José Tirso Martínez Sánchez, alias “El tío” o “El futbolista”, por cuya captura el Gobierno de los Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares.
La DEA y la Fiscalía General de Colombia lo señalan además como responsable del lavado de 10 millones de dólares entre el 2003 y 2006, transfiriendo jugadores colombianos a través de la sociedad de la Promotora Internacional Fut Soccer, propiedad de Guillermo Lara, quien fuera y es el “guru” de Justino Compeán, el actual presidente de la FMF.
En la investigación aparecen dos pagos por 880 mil dólares y 875 mil dólares al equipo Salamanca y uno de 1 millón 200 mil dólares a la empresa del promotor Lara, algún día señalado como “non grato” por la propia FMF, pero que fue reactivado por Compeán en años pasados.
El “tío” está ya en la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, su declaración hasta ahora se ha basado en asuntos de narcotráfico estrictamente, el tema de su relación con el futbol mexicano estaba pendiente hasta la semana pasada, pero se espera que en los próximos días declare sobre el tema. Un tema que a algunos personajes del futbol mexicano seguramente les provocará insomnio. Y no es para menos, ¿o usted dormiría bien?
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