Balazos en el pie
La nueva Gendarmería que puso en marcha el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, es probablemente la última esperanza de La Mayoría Silenciosa para tener seguridad en sus bienes y su persona; 5 mil elementos estarán cuidando la seguridad de diversos sectores del país, y con ello se busca terminar con los delitos comunes que aquejan a la población.
De entrada, es la única solución que se tiene para evitar los robos, los asaltos, los secuestros, extorsiones y todo aquel ilícito que los municipios no han podido mermar en los barrios y en las colonias. Tal vez el único defecto es que atacará los delitos por rubros productivos y no en las zonas más peligrosas, estrategia un poco rara, ya que en estos momentos muchas zonas padecen con los delincuentes.
Sin embargo, lo primero que harán los gendarmes es cuidar los sectores productivos del campo y minero, para evitar que pase lo mismo que en Michoacán con el limón, en donde los grupos delictivos presionaban cuotas a los productores, cosa que aumentaba los costos al consumidor en el mercado.
La Gendarmería funcionará con sistemas de inteligencia, principalmente. No será como la policía que circula por las calles, sino que actuará con operativos con base en los datos que arrojen las investigaciones realizadas con anterioridad y así cuidará a las personas y sus fuentes de empleo.
Si bien muchos modelos han fracasado, este en específico merece el beneficio de la duda, por el tiempo que tardaron en seleccionar al personal, las características del mismo y porque sólo eligieron 5 mil de 130 mil que se inscribieron. Es decir, a los más preparados para el cargo.
Si no hay corrupción dentro de las filas de la Gendarmería, se puede tener mayor certeza de que las cosas van por buen camino, pero si en sus filas existen elementos que pertenecieron a corporaciones federales, estatales o municipales que no pasaron ni siquiera los exámenes de confianza en otras pruebas, pues estamos peor que antes.
El Mando Único en el Estado de México, es una prueba de un programa de seguridad que no funciona, el cual a pesar de tener bajo su resguardo a todas las policías municipales no ha dado los resultados esperados, todo debido a que los elementos no cuentan con la capacidad y la honradez necesaria para el cargo.
De esta manera, todos los mexiquenses viven en zozobra y no tienen una esperanza para tener seguridad ni en sus bienes ni en su persona; esfuerzos hay, pero mientras no haya una limpia de fondo en los cuerpos policiacos las estrategias de seguridad no van a prosperar.
Los municipios no tienen la intención de recupera esta responsabilidad, porque con ello, se excusan de los malos resultados en materia de seguridad, al no contar con elementos propios para cuidar a La Mayoría Silenciosa responsabilizan al Estado por la falta de resultados.
La dos iniciativas han sido promovidas con la llegada de la administración federal, el Mando Único ha quedado demostrado que no dará los resultados esperados; la Gendarmería es una incógnita todavía, el tiempo avanza y la seguridad no mejora. ¿Hasta cuándo? Esperemos que pronto.