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TEXCOCO, Edomex., 13 de noviembre de 2014.- Las instituciones del estado mexicano, al estar infiltradas por el crimen organizado, no tienen la capacidad para resolver la desaparición de unos 30 mil migrantes en su paso por México a Estados Unidos, y mucho menos aclarar el asesinato de unos 100 mil centroamericanos, se afirmó durante el primer Simposio Nacional de investigadores y Defensores de los Derechos Humanos de los Migrantes, realizado en la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).
Investigadores, sacerdotes, administradores de refugios y especialistas en el tema, expusieron la grave situación de los migrantes que tienen que pasar por nuestro país en busca del «sueño americano», pero que en realidad viven un infierno, ya que muchos de ellos desaparecen en el trayecto a la frontera.
Rodolfo García Zamora, catedrático de la Universidad Autónoma Zacatecas, dijo que los migrantes están indefensos y bajo un manto de impunidad, pues sufren violaciones equiparables a las que se cometen en situaciones de guerra.
«Si después de ocho años han asesinado a 100 mil personas y han desaparecido a 30 mil, se trata de una masacre permanente en contra de los migrantes y de la propia sociedad civil, y la pregunta es dónde está el estado, dónde está la justicia, dónde la ley, qué pasa en ese país que se ha convertido realmente en la economía y la sociedad de la muerte y en donde las instituciones han sido totalmente rebasadas, por eso lo que estamos viendo con lo de Ayotzinapa no es más que la punta del iceberg”, estableció el investigador.
Señaló que en nuestro país hay una ausencia de Estado, especialmente del poder judicial, que es el más caro del mundo y el más ineficiente.
“Me refiero a todos los partidos políticos por omisión y a veces por participación directa en estados como Tamaulipas, Michoacán, están directamente coludidos con las diferentes organizaciones criminales y el Ejecutivo, en sus tres niveles de gobierno, que participa tanto por omisión como por complicidad con las organizaciones del crimen organizado”, dijo.
Consideró que si no hay una reorientación del modelo económico, México se va a convertir en un enorme Ayotzinapa: “Van a seguir desapareciendo, masacrando, y esto habla de un proceso de descomposición y autodestrucción del propio gobierno mexicano, quien no ha tenido la sensibilidad de ubicar en el centro de la acción gubernamental el empleo, el bienestar y la seguridad humana”.