Balazos en el pie
Después de asistir a una conferencia de prensa que sostuvo el vocero de Seguridad Pública del Estado de México, Indalecio Ríos, un grupo de reporteros aceptamos hacer un recorrido por la comunidad de San José Tlacotitlán, así que hasta el propio edil Hugo González Cortés formó una comitiva con funcionarios del Ayuntamiento para ir a tal recorrido, en el que por supuesto no se incluyó al vocero de Seguridad Pública.
En vehículos nos trasladamos hasta el punto referido y ya en la entrada del pueblo, justamente en donde se encontraban unas barricadas, Hugo y su gente optaron por bajarse de los vehículos para avanzar a pie, algunos de los comunicadores hicieron lo mismo y otros continuamos avanzando lentamente en los vehículos y nos detuvimos en un crucero en donde se encuentra la casa que aparece en fotos que han sido publicadas en diversos medios, y donde aparecen personas cubiertas del rostro portando armas.
Es evidente que la foto no es un simple fotomontaje; antes, en la conferencia, se permitió hacer sólo tres preguntas. La primera que me tocó, y le pregunté al vocero de Seguridad Pública, qué interpretación se debía hacer de tales gráficos publicados y respondió que no había sustento para interpretar las fotos, que no precisan el momento y el lugar de lo que muestran, evidentemente, el vocero no se refirió a que el gráfico llevara un pie de foto, sino que la respuesta era más de trasfondo; es decir, intentar negar la existencia de la imagen.
Y bueno, en el punto donde nos rezagamos de la comitiva del edil, había vestigios de una fogata y los pobladores de San José explicaron que seguían vigilando, hasta ahí otras personas aceptaron ser grabadas en audio y video y manifestaron que seguirán organizados hasta que sea necesario.
Luego, abordamos una camioneta que facilitó el editor del periódico local Amaqueme, Joel Avelar. En el vehículo íbamos, además de Joel Emilio Fernández de El Universal, Ángeles Velasco de Excélsior, Isabel Sánchez de El Diario Estado de México, y el camarógrafo de Cadena Tres.
Cuando avanzábamos por una calle cercana al centro del pueblo, un grupo no mayor de 20 personas pidieron hacer algunas aclaraciones, nunca hubo agresiones, ni pararon el vehículo a cambio de nada, como dice una versión. Las personas nos rodearon y ya se mostraban enojadas argumentando que porqué un periódico los había denominado «autodefensas» y que se les señalaba de portar armas, por lo que mencionaron que se les comprobara tal afirmación en el periódico.
Algunos nos retiramos de la camioneta y avanzamos hasta donde estaba el vehículo de TV mexiquense, en donde estaba el reportero y el camarógrafo de la televisora, le pedimos de favor salir para pedir apoyo. Nadie intentó detenernos, aunque veíamos que la gente se juntaba, incluso una camioneta ya había llegado con gente que portaba radios de comunicación y para ese entonces ya se estaban tocando las chicharras para llamar a la demás gente.
Cuando salimos hasta el crucero que divide el camino para Tlacotitlán y Mamalhuazuca vimos una patrulla, a la cual le pedimos apoyo y se encaminó al punto en donde estaban Ángeles, Emilio, Joel, su fotógrafo, el reportero y camarógrafo de Milenio y el chofer de la camioneta roja, la misma que aparece en la foto de los encapuchados.
Al tiempo, los compañeros se comunicaron con el alcalde Hugo González, quien sí contestó la llamada y minutos después vimos que regresó porque ellos, es decir, su comitiva, al no ver que los seguían los reporteros en su recorrido que siempre hizo a pie, abordaron sus camionetas y se fueron por la salida de las cruces, pero regresó cuando le llamaron los compañeros.
Cuando Hugo llegó, los compañeros reporteros ya se habían ido, de tal suerte que el alcalde se tuvo que quedar a dialogar con la gente. Nosotros optamos por salir ya que, incluso, había personas que se habían armado con palos.
Es posible que en su salida del alcalde, o huida, como se le quiera llamar, la gente lo haya querido abordar, pero esto nunca fue a cambio de liberar a los reporteros porque hasta eso no estaban retenidos sino que reclamaban molestos lo que se ha publicado de esta gente.
A todo esto, el fondo del asunto es que el pueblo de Tlacotitlán seguirá organizado para defenderse en contra de los delincuentes, que si hubo encapuchados o no, gente armada o no, es cuestión de darle enfoque a las cosas pero de que la gente ya no confía en las autoridades, es un hecho, esto a pesar de que el pueblo de Tlacotitlán se organizó y llamó la atención nacional al grado que ahora dicen las autoridades que reforzarán la vigilancia en el lugar con el Ejército, la policía estatal y la municipal, pero nos podemos preguntar ¿hasta cuándo Tlacotitlán estará en la atención con el tema de la seguridad? Así también, si esto tiene que ocurrir en todos los municipios del estado en donde la inseguridad ya es insoportable, como es el caso de Valle de Chalco, que tal parece que ya se convirtió en el tiradero de muertos oficial de toda la zona oriente.
Por cierto, como a las dos horas de que se quedó el alcalde Hugo González, regresó a su despacho, por cierto también, en el cielo surcaba las nubes un helicóptero del Ejército que daba vueltas, en cielo de Tlacotitlán.