Balazos en el pie
En opinión del líder social Marcelino Guzmán León «El Gallero», sería sano que se entablarán las negociaciones entre las autoridades, las más de mil familias que ocupan los predios irregulares de Santa Catarina y los ejidatarios que están empeñados en desalojar a esta gente que evidentemente vive en condiciones infrahumanas, lo cual es injusto para los tiempos que se viven en pleno siglo XXI.
Y es que si al Gallero se le puede criticar como a uno de los personajes que en un momento dado fue de los más voraces precisamente en la pugna para pelear por la ocupación de predios irregulares como los del Angostadero, me parece que finalmente este líder social en el fondo tiene la preocupación y quizá la ligera chispa de luchar por la gente más desprotegida de Valle de Chalco.
Es un hecho que tanto los líderes sociales como Marcelino Guzmán y Domitilo Villegas, quien se dice estaría al frente de los invasores de Santa Catarina como los propios ejidatarios se llevan su tajada de tales invasiones irregulares, pero finalmente quien más se beneficia es la gente pobre que por su condición sería impensable que en algún momento de la vida de estas familias pudieran comprar una casa en zona regular porque sencillamente son inalcanzables.
En los años previos de la fundación de Valle de Chalco cuando estuvo en boga la expansión de esta gran mancha urbana, las organizaciones sociales jugaron un papel trascendental para luchar por las mayorías, tal es el caso de la Organización Cirilo Sánchez, liderada justamente por Marcelino, quien en varias ocasiones movió a las masas para cerrar la autopista México-Puebla para exigir beneficios para el pueblo, incurriendo en delitos federales por ataques a las vías de comunicación.
De hecho El Gallero libró varias denuncias y no fue encarcelado como le pasó a Jesús Fernández, líder del PT, quien ya una vez fue encerrado acusado de motín y ataques a las vías de comunicación.
Y bueno, dice Marcelino que lo más justo es que en el tema de los predios de Santa Catarina se les venda esas tierras a las familias ahí asentadas, ya que es prácticamente imposible que esos terrenos ejidales puedan recuperarse para siembras y por el contrario sigan siendo la manzana de la discordia entre quienes necesitan un espacio para vivir y quienes sólo tendrían de ocio esos terrenos.
A finales de diciembre pasado la situación en los terrenos de Santa Catarina estaba muy candente, de hecho las familias ahí asentadas viven todavía con miedo y no se descarta que el asunto pueda cobrar tensión si al gobierno municipal encabezado por Jesús Sánchez le toca por orden de un juez, intervenir para desalojar a las más de mil familias de los terrenos ejidales lo cual sería triste sobre todo si generan hechos violentos. Es evidente que si finalmente las familias se quedan, serán una carga para el municipio que tendrá que dotar de servicios a la colonia que algunos ya mencionan que se llamaría «las tablitas».
Por cierto, para todos es sabido que Valle de Chalco fue fundado en un amplio Valle de tierras ejidales que ya se acabaron y sólo quedan unas 100 hectáreas que se ubican sobre la carretera Tláhuac-Chalco, junto a la Central de Abasto y nadie duda que pronto estos terrenos puedan ser invadidos por personas en busca de vivienda y tal vez este pueda ser el último dolor de cabeza para las autoridades que estén en funciones con el tema de asentamientos irregulares.
Mientras tanto a Marcelino Guzmán, después de haber sido funcionario municipal y personaje de política además de líder de la Cirilo Sánchez, hoy se le ve pasivo para seguir luchando por la gente pobre, tal vez considere que ya hizo lo que tenía que hacer y por lo menos esa pasividad la mantendrá hasta que inicien de nueva cuenta los tiempos electorales en que El Gallero se tenga que movilizar, ya sea para buscar beneficios personales o colectivos al menos para sus agremiados en su organización de tianguistas.