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TULTITLÁN, Edomex., 31 de diciembre de 2014.- El número de creyentes de la Santa Muerte está creciendo y trascendiendo fronteras, afirmó la madrina Enriqueta Vargas Ortiz, lideresa del Templo de la Santa Muerte ubicado en Tultitlán, en el Estado de México, tras señalar que a siete años de haber iniciado con este lugar, la figura de la Santa Muerte sigue siendo la más grande del mundo.
Recordó que el templo fue inaugurado el 28 de diciembre del 2007 por Jonathan Legaria Vargas, El Padrino Endoque o Comandante Pantera, y que alberga una imagen de la también conocida como Niña Blanca, de 22 metros de altura.
Reconoció que el templo ha crecido porque “nosotros a todos los vemos como hermanos, aquí no nos fijamos ni en sus preferencias sexuales ni en el color de su piel ni en el estatus social”, dice Enriqueta Vargas Ortiz, la madrina Enriqueta.
Dijo que en esa reunión tuvieron la presencia de gente de Morelos, Querétaro, Veracruz, Hidalgo y Guanajuato. “Creo que el culto a la Santa Muerte ha crecido bastante, cada vez se nota más, cada año vemos cuánto ha aumentado. El culto ha sobrepasado fronteras”, asegura.
El templo a la Santa Muerte de Tultitlán recibió peregrinaciones de Temixco, Morelos, y de Coacalco, Estado de México. Familias enteras se dieron cita en el lugar, donde hubo bodas y bautizos.
“A mí me hicieron un trabajo, se puede decir negro, porque me querían matar. Llegué muy enferma al Templo, muy mal y yo, honestamente y sinceramente, no creía en la Santa. Llegué enferma y había visto varios lugares, había ido a ver a otras personas que nada más lo que hicieron fue sacarme dinero”, relata Julia Mendoza Rosalío, de 43 años de edad.
La mujer, devota del templo Espiritual Génesis de los Nueve Anhelos Santa Muerte, ubicado en la colonia Ampliación Lázaro Cárdenas, Temixco, Morelos, añade: “Llego al templo y cuando me iban a hacer limpias y a curar y todo eso, a darme baños, limpias con hierbas, me di cuenta que era ante Nuestra Señora, ante la Santa Muerte. No creía en ella, pero dije Dios Mío, si tú permitiste que llegara aquí con ella es por algo. Y bueno, fue así como nació mi creencia hacia ella”.
La madrina Enriqueta refiere que el culto a la Santa Muerte dejó su estigma de ser de delincuentes y ahora está abierto a todas las personas.