
El gozo por la lectura: Lecciones de Maquiavelo
Me daba vueltas en la cabeza la falta de control que tenemos sobre ciertas cosas; el azar y los imponderables existen más allá de un plan perfecto. Yo sabía que iba a encontrar a Lucas exactamente en el café de las diez de la mañana. Después de saludarnos, entré sin anestesia en el tema:
-Lucas, me trae jodido el hecho de que muchas veces tengo que lidiar con lo imprevisible.
-Pero Cacho, la vida es eso ¿Qué es lo que depende de nosotros? Allá lejos y hace tiempo, el filósofo Epícteto invitaba a todos los hombres a tomar consciencia de su poder, a fin de que renunciaran a modificar lo que no dependía de ellos; sin embargo, esto no implicaba bajar los brazos, no actuar, el hacer todo lo que le corresponde a uno mismo, hasta lo imposible. Claro pibe, es cierto que en cualquier circunstancia la realidad cambia y la acción se ve afectada, por ello no hay recetas, pero la invocación de la suerte sirve con mucha frecuencia de pretexto para tener la conciencia tranquila, sobre todo cuando falta el deseo de luchar, la voluntad y el carácter.
-Eso lo entiendo, o sea que por más inteligencia que uno le ponga a las cosas, todo es relativo…
-Relativo, provisional y transitorio… te digo esto, porque nos hemos olvidado que todos éramos genios hasta los siete años y después elegimos parecernos a otros, movernos como las mayorías, pensar como todos, nos olvidamos de ser “uno mismo” y comenzamos a convertirnos en mediocres. Me pregunto: ¿qué fue de los sueños? ¿qué fue de las utopías, de los ideales? Hemos elegido una muerte anticipada, sin sudar la camiseta, cuando todavía corre sangre por las venas, cuando aún al corazón le brotan palabras para contar otra historia, porque vivir no es solo durar, sino participar, ser un protagonista en la realidad.
En la historia de la humanidad siempre hubo sobrepoblaciones de ignorancia y de analfabetismo, de barbarie y de salvajismo, que en muchos casos el individuo como tal, lo vivía con humillación y con lastimosa vergüenza. Pero jamás se había visto tanta incultura y estupidez como en este siglo, donde padecemos la torpeza de gente que se jacta de no leer: con arrogancia expresan su bajeza diciendo que la cultura no les interesa, así, ellos mismos eligen no tener ninguna diferencia con los animales, ¡qué estulticia!
Pero maestro, no se altere, esa es la historia de siempre, se repite.
-Y está demás que te diga que también se trata de no atribuirle poderes a la fortuna o a la suerte o al azar: ante los bombardeos de idiotez y las explosiones multiformes de odio, cuyas víctimas impotentes parecen sufrir los efectos sin poder actuar sobre sus causas, viene la idea de que las guerras son fatales, de que la miseria no es más que mala suerte, de que tenemos los gobiernos que nos merecemos: esto se basa en omitir la responsabilidad, que es educativa, ética, humana, tiene que ver con “responder” o no a lo que nos pasa. Los analfabetos funcionales de hoy son más peligrosos porque saben leer y escribir, pero no lo practican. El problema es que cada día son más y la sociedad embrutecedora de consumo los protege, piensa sólo en ellos, en darles programas y noticias para esa gente que no lee ni piensa, que no le interesa la cultura ni la educación. El mundo está hecho para esta superficialidad, para que esta masa chata de ideas y de sensibilidad digiera su engorde con basura cada día. Decime Cacho ¿qué será de nosotros? Está prohibida la profundidad, la belleza del pensamiento, la imaginación y la inteligencia, para el sistema actual son enfermedades del pasado ¡te quedó claro o le agregamos agua! (P.S.A.)