Lucas y la izquierda de la derecha

El otro día, un amigo le preguntaba a Lucas: ¿qué es la izquierda? Y le respondió: no sé lo que hoy podría ser la izquierda: porque la izquierda oficial tiene su ala derecha y la derecha, su ala izquierda. Oigo el aletear de los políticos -guajolotas juntándose y apareándose en lo oscurito-, y sin embargo sé que ningún pájaro alzará el vuelo hasta que una perversa mano lo acaricie. Y hay tantos centros, el centro de la derecha, el centro de la izquierda, el centro del ala derecha de la izquierda y el centro del ala izquierda de la derecha. Y también está sin alas una izquierda apátrida. Esto ya parece la alineación de un equipo de futbol.

Quitándose los anteojos, Lucas tomando aire, continúa: la izquierda apátrida es la sal y la pimienta de la demagogia de los medios de información, donde también se pelea y se transa con ciertos derechistas apátridas y esto es peor que un carnaval, en donde todos se disfrazan pero sólo algunos hacen negocios y se divierten.

Y buscan de esta manera crear un desagradable olor a denuncia, y siempre queda un cabo suelto. Lo principal, para todas estas izquierdas, que no es ninguna, es que haya algo que se pueda llamar “vida política”, una vida desde ya artificial. El motivo es muy obvio, están enjaulados en sus propias ambiciones.

Lucas, tomando un bolígrafo, escribe en una hoja como si trazara un mapa: desde hace tiempo da igual si aletean con el ala izquierda o con el ala derecha… no es más que un juego de sombras, la jaula en la que están es una garantía de seguridad. Podemos seguirles el juego y preguntar: no está ni a la izquierda ni a la derecha, ni en el centro y sin embargo no es excéntrico ¿Quién es? (se ríe, sosteniendo la mirada): será la respuesta del ciudadano frente a una urna para depositar el voto, incapaz a decidirse a elegir un ala sin fuerza.

Entonces, continúa Lucas: ¿Dónde está la izquierda ahora? No lo sé (se dice), sólo veo unos esquemas gastados: los plumíferos de la derecha proyectan sobre la pared las sombras chinescas de un enemigo que, según ellos, viene del centro.

Muchas palabras vacías y muchas denuncias, y en el fondo son ellos quienes han sido vencidos por el tiempo, por la misma realidad que dicen defender. Si, por ejemplo, se le creyera a esta derecha oficial, entonces sería el poder de los medios de comunicación quien puede determinar quién es católico, mahometano, judío, evangelista, izquierdista o derechista. El esquema se elabora desde allí, desde una mediocridad organizada por la simple y demoledora ambición.

¿Qué será hoy la izquierda? Lucas concluye con esto: No es la izquierda, sino la derecha quien determina las características de la izquierda. Y la izquierda obsesionada por el éxito, lo acepta con su vil oportunismo y con su vulgar pensamiento, y está a punto de adelantar el ala izquierda de la derecha. Izquierda y derecha sólo son denominaciones auxiliares, y contienen toda clase de engaños y no faltan tampoco las personas de buena fe embaucadas y manipuladas, en esta moral de conveniencia en la que corren y vuelan. Claro, para muchos hablar de izquierda y de derecha ya es obsoleto, pero es que así se fundamentaron ideológicamente hoy estos políticos que buscan alianzas para seguir con la decadencia de sus vuelos bajos. Finalmente, se dice Lucas, me parece que el Chicharo Hernández ante Holanda, tendría que jugar por el ala derecha. (P.S.A.)