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MÉXICO, DF, 18 de agosto de 2014.- En 2013 se produjeron 464 mil toneladas de salchichas en México, producto cárnico con altos porcentajes de carbohidratos, grasas y almidón, lo que influye en la salud de los consumidores, advierte el reporte Atlas de la Carne. Hechos y cifras sobre los animales que comemos, editado por la Fundación Heinrich Böll.
La investigación –recién presentada en México– cita un estudio de la Procuraduría Federal del Consumidor de 2010 sobre la calidad de las salchichas que revela una diferencia notable en la relación entre el precio y la calidad del embutido.
Mientras las más caras contienen un porcentaje más alto de proteína y un porcentaje más bajo de almidón, las salchichas más baratas muestran una relación inversa. Según el estudio, 36 por ciento de las personas consultadas consume salchichas en su casa hasta tres veces por semana.
El consumo de embutidos es más frecuente en poblaciones de menores recursos, cuyo presupuesto no da para comprar carne de res, puerco o aves. El mismo reporte también advierte sobre el uso del glifosato, el herbicida químico más vendido del mundo y cuya presencia en el alimento de aves, cerdos y ganado vacuno podría dejar trazas en la carne, leche y huevos que consumimos.
“El problema es que el glifosato es un herbicida sistémico, lo cual significa que se desplaza por la planta hacia las hojas, los granos o las frutas. No puede ser eliminado mediante el lavado ni se descompone mediante la cocción.
Sus residuos se mantienen estables en la comida y en los alimentos para animales durante un año o más, aun cuando hayan sido congelados, secados o procesados”, refiere la publicación.
El reporte agrega que los estudios de las industrias ganaderas reconocen que cuando los animales consumen glifosato en cantidades que están permitidas en los alimentos, podría haber una baja cantidad de residuos de esa sustancia en leche, huevos, hígado y riñones.
Sin embargo, alerta el documento, “la exposición al glifosato en la ‘vida real’ (la cual significa una absorción a largo plazo en pequeñas dosis) nunca ha sido investigada”. La aplicación del herbicida también genera problemas de salud por otras razones.
Al fumigar grandes extensiones de campo, se afectan otros cultivos y vegetaciones, así como las aguas subterráneas. “Hay evidencia de que el glifosato afecta al sistema hormonal del ser humano, lo cual puede producir efectos irreversibles en determinadas etapas de la vida, como el embarazo.
También los herbicidas que contienen glifosato han demostrado ser ‘genotóxicos’, es decir, que interfieren con la habilidad de las células para copiar el ADN con precisión y reproducirlo, lo que aumenta la posibilidad de mutaciones genéticas potenciales y un mayor riesgo de cáncer”.