Balazos en el pie
Palabras mayores
David Remnick, director de la prestigiada revista New Yorker, publicó esta semana un largo artículo titulado Going the distance… es un recuento de los primeros seis años del mandato presidencial de Barack Obama, sus acciones y contradicciones.
El tema más controvertido del reportaje –sobre todo en México– es el de la marihuana.
«Como se ha documentado, yo fumaba marihuana cuando era joven y me parecía un mal hábito y un vicio, no muy diferente al de los cigarrillos que fumaba hasta hace poco (…) no creo que la marihuana sea más peligrosa que el alcohol o el tabaco«, confiesa el hombre más poderoso del planeta.
El periodista –sorprendido por tal respuesta– repregunta: ¿la marihuana es menos peligrosa que el alcohol y el tabaco?
Obama titubea y corrige, «bueno, menos peligroso en términos de su impacto sobre los consumidores individuales; no es algo que yo anime; le he dicho a mis hijas que es una mala idea, una pérdida de tiempo no muy saludable«.
En el artículo del New Yorker también queda clara la molestia del Presidente de Estados Unidos respecto a la guerra contra las drogas que ha castigado con demasiada severidad a las minorías: «a los chavos de clase media no los encierran por fumar hierba, pero sí a los pobres afroamericanos y latinos, quienes tienen menos recursos y apoyos para evitar duras penas indebidas; no deberíamos encerrar en la cárcel a los usuarios individuales, cuando algunos de quienes han escrito esas leyes y sanciones, probablemente han hecho lo mismo, en algún momento de sus vidas«.
El artículo de New Yorker revela también la esperanza de Obama en el avance en la legalización de la marihuana, para fines recreativos -recientemente aprobada en Colorado y Washington–.
Para el inquilino de la Casa Blanca es importante evitar castigos a una sociedad que con cierta frecuencia viola la ley… y en la cual sólo los más indefensos resultan sancionados.
Estas declaraciones del Presidente de Estados Unidos han causado gran controversia.
De este lado, deberíamos preguntarnos qué hacer al respecto, cuando el vecino del Norte siempre nos ha presionado para combatir el tráfico de la hierba… y criminalizar a los consumidores.
Hace unos días se publicó la noticia de la escasez de marihuana en Colorado debido a que la demanda sobrepasó la oferta… la cual no se puede vender si no se produce precisamente en ese estado.
En tal sentido –y entre líneas–, ¿Obama está abriendo la puerta a los cárteles mexicanos para producirla allá, legalmente?
Si la opinión del presidente de la Unión Americana ha evolucionado en materia de legalización y regulación de la marihuana, ¿no debería cambiar también la opinión del presidente Peña Nieto al respecto?; ¿no deberíamos debatir el tema en serio?, o bien, ¿otra vez vamos a dejar que EU nos imponga sus condiciones?
Por mucho que nos disguste escucharlo, la legalización de la marihuana ya no la para nadie… y el primero en darse cuenta de ello parece ser el presidente de Estados Unidos… y el primero en negarlo, el presidente de México.
No se espante por lo que escribo… mejor piénselo dos veces.
@JoseCardenas1 | [email protected] | josecardenas.com.mx