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WASHINGTON, EU., 28 de febrero de 2015.- A sólo unos meses de que entre en vigor el servicio de emergencias del 911 en la República Mexicana, este viernes comenzó a circular en redes sociales un “ejemplo cruento y verídico” del tipo de llamadas a las que las autoridades estadounidenses se enfrentan en el día a día.
“Parecía una broma pero en realidad nunca lo fue”, expone el diario The Independent al relatar cómo un oficial norteamericano tuvo la intuición suficiente como para no tomar por “travesura” una llamada de auxilio donde una mujer, al borde la desesperación, decidió “ordenar una pizza” para salvar su vida.
– 911, ¿Dónde es la emergencia?
– 123 Main Street.
– Okay, ¿qué ha ocurrido?
– Me gustaría pedir una pizza.
– Señora, ha llamado al 911.
– Sí, lo sé. ¿Me podría traer una grande? Mitad pepperoni, mitad champiñones y pimientos.
– Lo siento. ¿Usted sabe que ha llamado al 911?
– Sí ¿Sabe cuánto va a demorar?
– Okay, señora. ¿Está todo bien allí? ¿Tiene una emergencia?
– Sí.
– ¿Y no puede hablar porque hay alguien en la habitación con usted?
– Sí ¿Cuánto tiempo demorará?
– Tengo un oficial a un kilómetro de su ubicación. ¿Hay armas en su casa?
– No.
– ¿Puede permanecer en el teléfono
– No. Hasta luego. Muchas gracias.
De acuerdo con el testimonio del operador, apenas colgó el teléfono revisó el historial de la dirección de la mujer y descubrió que se habían reportado múltiples actos de violencia doméstica, por lo que no le quedó ninguna otra duda al respecto.
Y en efecto, cuando los agentes del orden se aprestaron al inmueble, se encontraron con el apartamento de una pareja hecho trizas: la mujer presentaba contusiones en diversas partes del cuerpo y el hombre se hallaba en estado de embriaguez.
“Comprendí que ella había sido muy lista al emplear aquel truco” , declaró el operador del 911 a The Indendent cuando fue informado sobre el exitoso arresto del hombre en el número 123 de la calle Main Street y que la mujer había sido puesta a salvo. “Definitivamente una de las llamadas más memorables que yo haya recibido”.
“En este caso, la inteligencia ganó. Incluso con su agresor en la misma habitación, la mujer aún tenía la claridad mental para llegar a esta solución ingeniosa. Por suerte, el pensamiento rápido en ambos lados del teléfono permitió que el caso fuera resuelto satisfactoriamente”, concluye The Independent al emprender un exhorto para denunciar cualquier caso de violencia doméstica.
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