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OAXACA, Oax, 30 de marzo de 2015.- Con las primeras horas del domingo, los zapotecas de Juchitán comenzaron su peregrinar hacia el panteón municipal Domingo de Ramos cargados con flores, veladoras y comida. Ahí pasaron el día, acompañando a sus muertos, una costumbre que se ha ligado con el inicio de la Cuaresma.
En zapoteco se llama Nabaana, la visita al panteón y marca también el inicio de los actos católicos que se realizan en la Semana Mayor.
Los juchitecos cumplen con este ritual de gran sincretismo religioso todos los años. En el Istmo la Semana Santa coincide con el año nuevo zapoteco, según el calendario antiguo, a la par que la Cuaresma cristiana.
“Venir al panteón es una tradición mágica de nuestro pueblo, día del anhelado reencuentro espiritual con nuestros seres queridos. Desde muy temprano vengo al panteón, hacer la limpieza de la sepultura, colocar las flores y las veladoras, compartir toda la mañana con vecinos, amigos y familiares que también rezan a sus familiares. Es un día nostálgico” comenta Humberto López, quien por segundo año visita a su padre.
En algunas sepulturas más tradicionales, las familias realizan rezos, en la mañana y en la tarde, comen en el interior de las tumbas y reciben visitas que les llevan flores y veladoras, a los que les corresponden con tamales y café, en muchos casos les dan refrescos y cervezas.
El comercio se reactiva este día en el interior y fuera del panteón municipal, ya que las vendedoras de dulces, tamales, flores y veladoras, así como de comida y cerveza tienen buenas ventas.
“Gracias a Dios hay mucha venta, a diferencia del año pasado. Ya vendí tres palanganas de gelatinas en tan sólo medio día, más de de 100 gelatinas. Además los six de cervezas están volando. Este año contraté a un ayudante porque no me doy abasto. La verdad, aquí es donde me recupero y en las fiestas de mayo”, opinó Mística, comerciante del mercado 5 de septiembre.
La música es un elemento importante en esta celebración que se repite durante la semana en varias comunidades de la región. Hace tan sólo 10 años, los que participaban eran bandas regionales y tríos, actualmente con la migración ya se incorporaron al ritual bandas y norteñas.
Los zapotecas concluyen este ritual hasta entrada la madrugada, durante toda la noche el cementerio deja de causar temor y se convierte en un gran escenario donde se combina la música, los colores y los olores.
En Juchitán , se vuelven a repetir la misma celebración el Miércoles Santo en Cheguigo y Lunes Santo en la Novena Sección. En la ciudad de Tehuantepec comenzó el Viernes de Dolores.