Vuelca camión de carga y ocasiona choque en la Toluca-Tenango
MÉXICO, DF, 5 de enero de 2015.- Las limitaciones y la insalubridad en el plantón que se instaló frente a la Procuraduría General de la República (PGR) son la imagen representativa de la protesta por la aparición de los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero.
Las casas de campaña son el refugio de los integrantes del Frente Oriente que decidieron unirse a la manifestación de los padres de familia, sin embargo, la precariedad y la falta de asistencia a sus actos culturales son la tendencia diaria en esta protesta.
Aunque las actividades se realizan de manera continua, el escenario es una improvisada carpa de tres metros, donde un plástico azul sirve como techo, pero el calor por el sol de invierno se concentra de manera asfixiante y los pocos asistentes deciden irse.
“Nada más estorban, se ponen en medio del paso, para cruzar la calle es casi imposible y si te metes en su campamento se molestan, te ofenden y te corren de esa parte. ¿pues qué les pasa?”, se quejó una chica al buscar sortear a los manifestantes.
La vivencia
Desde el pasado 26 de diciembre, el plantón se colocó casi a las puertas de la PGR, para demostrar que la fuerza del movimiento se mantendría con vida a pesar de que el fin del 2015 pudo haber disminuido la protesta.
Los plásticos, los anafres, leña, colchones, cobijas, comida enlatada y hasta un improvisado baño en las jardineras frente a la dependencia federal, son las imágenes que sorprenden a turistas que deciden hasta tomarse foto con este paisaje urbano.
La basura también está presente a un costado del campamento, también en las jardineras es donde los desechos son colocados.
Los tapiales de madera colocados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que fueron colocados para delimitar el paso peatonal en los trabajos del cableado en Reforma, han sido utilizados por los protestantes como murales.
Mientras que los mensajes en contra del Gobierno Federal y escritos de justicia son los que más se reprodujeron en este álbum.
Al concluir las actividades, las casas de campaña cierran, los manifestantes se resguardan, algunos prenden una fogata para el frío y ante la falta de quórum, solamente entonan canciones de protesta y esperan que al día siguiente los familiares se presenten y atraigan gente.