Balazos en el pie
La Secretaría de Hacienda anunció hace apenas unos días que el crecimiento de México para el 2014 será del 2.7 por ciento, nivel superado por muchos países de América Latina, y no se diga por países con economías desarrolladas. Este dato obliga a reflexionar para saber ¿quién está fallando en el desarrollo de la economía mexicana?
Como primer punto es necesario aceptar que las medidas implementadas por Enrique Peña Nieto y su colaborador, Luis Videgaray, son acordes a sus intereses, porque representan la política que les interesa a los hombres del poder, quienes lo apoyaron para comprar los votos de los pobres que ante la necesidad vendieron su derecho a elegir.
Por tanto, es de esperarse que las medidas tomadas desde la Presidencia de la República afecten a las clases minoritarias, cobrando más impuestos a los contribuyentes cumplidos y al mismo tiempo captando a los pequeños comerciantes que no pagaban.
En contraparte, a los grandes empresarios les perdonan impuestos en grandes cantidades y les permiten crear programas de asistencia social que después deducen bajo el nombre de donativos, mismos que muchas de las veces son recaudados de los ciudadanos en pequeñas cantidades para sumar grandes montos deducibles en sus declaraciones anuales.
El crecimiento del 2.7 para este año es muy bajo comparado con los números que tienen otros países con gobiernos de izquierda, ejemplo de ello es Perú, que espera crecer el 5.5 por ciento, o Brasil con el 4 por ciento; mientras Bolivia, con Evo Morales, espera dígitos de 5.1 por ciento, pero si vamos más allá, China espera un 8.8 por ciento en el crecimiento de su economía.
Según los datos de la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico, también países como Paraguay superan a México en su expectativa al considerar un 4.8 por ciento; Colombia espera un 4.4 por ciento y Chile un 5.3 por ciento.
Lo más extraño es que nuestro país está adoptando medidas contrarias a las que todos estos países -varios con políticas izquierdistas- están implementado, y aun así crecen más que nosotros, prueba de ello son los países de Panamá, Nicaragua, Uruguay y Ecuador, quienes duplicaron y triplicaron el 1.3 por ciento de crecimiento mexicano en el 2013.
Y mientras Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y hasta Brasil han privilegiado medidas que ayuden a los pobres a tener más sueldo, mejorarán los servicios de telecomunicaciones para las clases bajas e incluso expulsan a las empresas transnacionales de sus territorios, en México se hace todo al contrario.
Es sabido que las políticas económicas son impuestas por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y, en últimas fechas, la OCDE tiene influencias para dictar modificaciones de ley acordes al neoliberalismo, y los gobernantes panistas y priistas sólo tienen que obedecer ante la falta de soberanía económica que se padece en el país.
Por tanto, las políticas económicas de Peña Nieto no están equivocadas, los equivocados somos La Mayoría Silenciosa, quienes debemos valorar si queremos seguir así o dar un golpe de timón y elegir personas que implementen políticas económicas diferentes a las que el PRI y el PAN han realizado últimamente –sí, afirmo sutilmente la necesidad de probar un gobierno de izquierda- para ver cómo nos va en materia económica.