Balazos en el pie
En vísperas del tercer informe de gobierno y que en todo caso debería etiquetarse por ley como la entrega de las cuentas de la responsabilidad pública, el hoy Ejecutivo del estado convive no sólo con la incertidumbre de la inestabilidad o la solicitud de licencia, sino con la pérdida de poder absoluto en el estado que lo eligió.
Quienes confunden las 14 visitas del Ejecutivo federal a tierras mexiquenses con apoyo casi incondicional al gobernador Ávila Villegas, tendrían que analizar el fondo y no la forma de los actos presidenciales en el estado que lo vio nacer.
A pesar de la actitud notoriamente abyecta y de vocero de la obra peñista en el país, la ineptitud y voracidad del mandatario mexiquense, junto con sus más cercanos colaboradores de Ecatepec, le han fastidiado la paciencia no sólo al presidente sino a la población en general.
Ausente de manera deliberada de la realidad, como si viviese o gobernara en los jardines colgantes de Babilonia, el Dr. Eruviel simula con una agenda de trabajo descontextualizada y poco o nada interesante.
Despersonalizado como el nowhere man de Lennon y McCartney, lamentablemente el gobernador mexiquense se respalda en un articulado laxo de la constitución para evadir la gran oportunidad de mostrarse contundente ante una legislatura parcial y domesticada.
Escuchar a sus «opositores» y fundamentar sus proyectos y actos de gobierno podrían darle el matiz perdido; dejar de escuchar a sus torpes e inmaduros asesores y a la vez comunicadores tras bambalinas, podría catapultar a quien ha perdido credibilidad, poder y peso.
Ávila Villegas ha llegado a la mitad del maratón de los 2190 días para gobernar y él sabe mejor que nadie que ha sudado en exceso, sus piernas se debilitaron y mentalmente está agotado para la meta. Por más que lo impulsen sus agoreros, el peso de cada metro por recorrer es similar a la suma de días con impopularidad.
Sólo queda la pregunta de si alguien que generó expectativa al inicio de su sexenio se dejará llevar por la inercia del tiempo y el spoteo mediático o le surgirá la vitalidad para escuchar: Eruviel, levántate y camina…