Balazos en el pie
PRI chapucero
El nuevo PRI mentiroso y demagógico, como casi siempre, ha hecho una vez más de las suyas en la legislatura mexiquense; sin recato alguno y teniendo como cómplices al PAN, Verde y Nueva Alianza, ha devorado el pastel y se ha atragantado en su ambición con la seguridad de que no tendrá indigestión, por el contrario el futuro le augura una barriga llena de votos para sus candidatos en 2015.
Los alcaldes electos en la primera semana de junio del próximo año ya se podrán reelegir por una vez y los diputados locales hasta en cuatro ocasiones, por lo que las familias de éstos, junto con ellos, ya se pueden tirar a la hamaca bajo una estrategia muy definida de comprar los votos casilla por casilla, casa por casa y colonia por colonia.
Aquello de la revocación del mandato, es decir que la ciudadanía tuviese el recurso constitucional para correr a los electos por inútiles o corruptos, es un pergamino que la población puede ir introduciendo en la parte más profunda de su pensamiento.
El discurso nacional de César Camacho, sumado al bajísimo perfil del dirigente local Domínguez Rex, la nula vocación democrática del gobernador Ávila Villegas y la insultante actitud dictatorial de Aarón Urbina Bedolla complementan el regazo de chapucería partidocrática que sólo muestra la soberbia de un partido que ganó con votos la gubernatura mexiquense y la presidencia de la República, pero que aquello de que la mona aunque de seda se vista…
Gran responsabilidad tienen los izquierdosos burgueses del PRD, PT y el siniestro Movimiento Ciudadano que, ante su mayoría de pluris y nula representación real, sólo patalean para hacer ruido mediático que en esencia sirve lo mismo que un chihuahueño para cuidar una casa.
Está la mesa servida para el partido glotón, obeso y mitómano que sólo vende democracia en su discurso y se reafirma día a día en su pragmática ambición de poder y dinero; así es la esencia del PRI y así nos toca vivirla por ser una sociedad enajenada, poquitera y limosnera de sus derechos.
Las reformas federales tan masticadas son el preludio de la sinfonía de la desigualdad e inequidad, de la apatía gobernante para el bienestar de una población raquítica en servicios, educación y de su paralítica pseudodemocracia. El director de la orquesta mandará a su gusto sin que importe el disgusto de la mayoría oprimida por su desunión. Ni el Face o el Twitter nos salvarán, por aquello de los revolucionarios en la red.