Balazos en el pie
En una de esas buenas charlas con mi psicólogo, en las que invariablemente se conduce a una reflexión, esta vez tocó a los “ratitos que pueden cambiar la vida”, esos en los que tal vez bastaron unos minutos, unos segundos o lo que dura un sí o un no para que todo tomara un rumbo diferente, y me pareció tan importante este tema que quiero compartirlo con ustedes.
Por ejemplo, ¿alguna vez te ha sucedido que por llegar un minuto tarde ya no encontraste a la persona que recibiría tu currículum?, o ¿por haber llegado 10 minutos antes pudiste entrar sin problemas a ese concierto que tanto te gustó? O qué tal ésta, gracias a ese ratito en el que te tardaste en salir te libraste del accidente que hubo minutos antes en la carretera por la que tú conducías, o te tocó la suerte de que al lugar al que no pensabas ir pero alguien más te convenció y gracias a ese “sí” te topaste con tu cantante favorito y pudiste tomarte una foto con él.
Como pudiste observar, esos ratitos pueden tener consecuencias positivas o negativas que a veces no elegimos y que a veces nos parece que son cuestión de suerte. Pero ¿en realidad esto es así de simple? Analicemos con calma y después revisa si los “ratitos que cambiaron tu vida” pudieron haber sido diferentes.
Para poder explicar mejor, me he permitido de manera arbitraria clasificar estos “ratitos que cambian la vida” en “afortunados” y “desafortunados”. En ambos puede haber elementos de consciencia, inconsciencia y en otros más lamentablemente de imprudencia e ignorancia.
Por ejemplo, un ratito afortunado y consciente podría ser así, llevas ya algún tiempo trabajando en un proyecto que puede mejorar tu vida profesional, pero no has tenido la oportunidad de entrevistarte con la persona adecuada para llevarlo a cabo.
Un día conoces a alguien que tiene la conexión que tú necesitas, te lleva sólo unos minutos pedirle que te dé la oportunidad, es un ratito el que tienes que aprovechar para hacerlo, aquí existen elementos de consciencia previos al evento que te ayudarán a que las consecuencias sean afortunadas, o al menos las probabilidades de que así sea son mayores, sólo es cuestión de decisión. Por tanto, el porcentaje de que tu vida cambie positivamente depende en gran parte de ti.
Por otro lado, un ratito desafortunado e inconsciente puede ser aquellos casos en los que por haber dejado solos a los niños han sufrido algún accidente, o por conducir en estado de ebriedad las consecuencias fueron fatales o por ser desorganizado siempre llegas tarde y te pierdes de muchas oportunidades.
Así pues, en muchos de los casos reflexionar de vez en cuando sobre ciertos temas puede conducir a ser asertivos aún en esos “ratitos” en los que lo que dura un “sí” quizás sea la oportunidad de conocer a tu media naranja, hecho afortunado que puede llegar a cambiar positivamente tu vida.
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