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Darán un tratamiento especial a estos residuos, ya que al año se dejan abandonadas 5 mil 300 toneladas de envases de plaguicidas en el campo mexicano.
TEXCOCO, Edomex., 24 de octubre de 2015.- En el campo mexicano se dejan abandonadas cinco mil 300 toneladas de envases de plaguicidas, lo que representa un constante riesgo ambiental, por lo que la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) y la Asociación Civil Amocali darán un tratamiento especial de esos residuos.
Alejandro Galindo Betancourt, coordinador general de la asociación civil, informó que de no llevar un adecuado control de estos envases, se corren riesgos tanto para el medio ambiente como para la salud, debido a que son residuos de materiales peligrosos.
Comentó que aun cuando no representan ni el uno por ciento, sí se les compara con los desechos que se generan de botellas de agua y refresco, que es de 750 mil toneladas al año.
“La diferencia radica en que son desechos urbanos y se pueden guardar en casa, pero los de plaguicidas deben de tener un tratamiento diferente porque hay riesgos para el medio ambiente debido a que pueden contaminar el suelo, mantos de freáticos, o bien, si se queman generan emisiones que contienen urano, lo que afecta la salud de quienes lo respiren”.
Detalló que con el convenio establecido con la Universidad Autónoma de Chapingo se pretende llevar a cabo una serie de actividades para que los alumnos conozcan los programas para dar tratamiento adecuado a los envases de plaguicidas, información que deben de difundir entre los productores cuando vayan al campo.
Señaló que cada año va en aumento la generación de envases en donde al 95 por ciento se le ha dado un uso adecuado, algunas se reciclaron, otras se llevaron a cementeras para ser utilizadas como fuentes alternas de combustible o se canalizaron a hornos autorizados por la Semarnat, para generar cenizas que son inofensivas para el ser humano.
Subrayó que la mayoría de este tipo de desechos se manda a reciclar para obtener productos como son las jaulas que se van a instalar en la Universidad Autónoma de Chapingo, que servirán para guardar envases.
“En la Ciudad de México este material se ha utilizado para los topes de los carriles confinados del metrobús, es decir, se busca que se elaboren productos que no tengan contacto con el ser humano y que tengan beneficio para la agricultura o construcción”, puntualizó.