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MÉXICO, DF., 18 de abril de 2015.- Los restos atribuidos a la monja mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), llamada “Fénix de América” y “Décima Musa” por ser la más grande figura de las letras del período colonial hispanoamericano, ya reposan, ahora para la eternidad, en el hoy ex convento de San Jerónimo, donde vivió durante cerca de un cuarto de siglo, señala la agencia Notimex.
A las cuatro de la mañana del domingo 17 de abril de 1695, víctima de una epidemia, dejó de existir en una de las celdas del convento quien viera la luz poco más de 43 años atrás, en San Miguel Nepantla, y quien fuera bautizada con el nombre de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana. En el sotocoro, sitio cardinal, descansa el féretro de la poetisa.
El sarcófago de madera fina con sus restos hizo, la noche de este viernes, un último recorrido por el espacio donde durante poco más de 26 años Sor Juana se dedicara, en el recogimiento de la vida religiosa, a desarrollar su inmensa obra poblada de endechas, redondillas, liras, romances, décimas, glosas, sonetos, villancicos y otros valiosos textos prosísticos.
También, reflexiones teóricas y textos dramáticos, composiciones musicales y hasta uno que otro experimento científico y de artes culinarias, desde que en 1668 se enclaustrara, para siempre, para no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de su estudio ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de sus amados libros.
De acuerdo con Roberto Ruiz Guadalajara, docente de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), la procesión previa por patios y jardines del inmueble “fue inmensamente significativa, sobre todos para quienes en la cotidianeidad de nuestras labores, habitamos y transitamos por los espacios que fueron habitados y transitados por Sor Juana”, señaló.
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