Balazos en el pie
Entre acusaciones de compra del voto, guerra de encuestas, denostaciones en Internet, la disputa por la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional se ha calentado, como dicen en los barrios, los dos bandos ubicados en el Estado de México han entablado estrategias diferentes para llevar a sus candidatos al triunfo.
La forma de operar de los grupos es distinta, el bien contra el mal se enfrentan para sacar adelante un líder, por un lado se encuentra Alfonso Bravo Álvarez Malo, acompañado de la diputada Leticia Zepeda y el ex contendiente a la dirigencia estatal Jorge Inzunza, por el otro, el grupo Tlalnepantla comandado por Ulises Ramírez y Oscar Sánchez Juárez con casi todos los diputados locales y todos los recursos para operar.
Mientras los maderistas iniciaron desde hace meses una campaña en las redes sociales para denostar a Cordero con el error cometido durante el mandato de Felipe Calderón al afirmar que La Mayoría Silenciosa con seis mil pesos debía solventar sus necesidades; los corderistas ha acusado al Grupo Tlalnepantla de hacer compromisos para comprar los votos el domingo; de hecho ya hasta ofrecieron recompensas a quien entregue prueba de los ilícitos que se comentan.
Alfonso Bravo apoya a Ernesto Cordero, por tanto apuesta por la necesidad de un cambio en la línea política de la dirigencia nacional, hacer contrapesos al Ejecutivo representado por Enrique Peña Nieto, y se observa una búsqueda de una elección limpia, haciendo conciencia en los cambios que el PAN necesita.
Ulises Ramírez, líder del Grupo Tlalnepantla, ha sostenido reuniones privadas de manera constante; de acuerdo a su forma de operar se espera la compra de votos ya sea con recursos económicos o materiales, pero no se descarta el apoyo ‘desinteresado’ de los militantes quienes, sabiendo que la repartición de candidaturas correrá a cargo del líder parlamentario, ofrecen su apoyo con la finalidad de ser tomados en cuenta desde ahora.
A unos días de acudir a las urnas, los panistas no han dado muestra clara de quién será su próximo líder, se sabe que la contienda está reñida, las encuestas todas mandadas a hacer por los equipos de Madero y Cordero no reflejan la realidad al mostrar la tendencia de quién las manda a hacer.
Sin embargo, tengo a los panistas en alta consideración, me queda claro que los militantes del Partido Acción Nacional son personas con alta independencia para tomar decisiones, sin descartar que alguien pueda vender su voto, son de los pocos que no tienen la necesidad de aceptar prebendas a cambio de ir con algún candidato, tienen la preparación para juzgar sin apasionamientos y objetividad para decidir el rumbo de su partido.
Los panistas deben tomar en cuenta que este es el momento idóneo para competirle al PRI, de la elección del domingo, dependerá el rumbo de su partido, los panistas deben comprender que la debilidad del PRI no significa la fortaleza de la oposición, hace falta más que eso para ganar elecciones.
La preocupación más grande que tienen los panistas es llevar a cabo de la manera más rápida la operación cicatriz, los tiempos para competir están limitados, si tardan en ponerse de acuerdo llegarán divididos a la elección y, por ende, esto limitarán sus triunfos.
La Mayoría Silenciosa ya probó el gobierno del PRI, pueden hacer comparativos con los gobiernos del PAN, desde mi perspectiva no están muy contentos con lo que han visto, los panistas tienen una nueva oportunidad o en su defecto es tiempo de que decidan hacer una alianza con la izquierda, misma que no debe estar fincada en su ideología sino en la necesidad de la ciudadanía y el país para salir adelante.