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MÉXICO, D.F., 28 de mayo de 2014.- Cada temporada de lluvias, la Ciudad de México tienen 90 puntos de inundaciones, pero de esos, 34 son los más comunes y preocupantes.
Esas zonas son proclives a la acumulación de agua porque el drenaje queda rebasado, debido a que presentan desniveles y a la basura que tiran los ciudadanos, indicó el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), señala el periódico Reforma.
Las delegaciones Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero lideran la lista con cinco puntos donde siempre hay acumulación de agua. Le siguen Álvaro Obregón, Venustiano Carranza e Iztapalapa, con cuatro cada una; mientras que en la Benito Juárez hay tres puntos propensos a anegaciones.
De acuerdo a Miguel Ricaño, jefe de la Unidad Tormenta del SACM, las inundaciones se deben, en primer lugar, a las pendientes que hay sobre algunas avenidas, ya que por su forma es muy fácil que la basura que se encuentre en la zona tape el drenaje.
«La Ciudad era un lago, y las características del lago no se han modificado por el hombre, lo que ha hecho el hombre en la Ciudad es una infraestructura artificial para su servicio», expuso.
Batallan al limpiar drenaje
Una de las principales causas de los encharcamientos en la Ciudad es la acumulación de basura en el drenaje.
A decir de Miguel Ricaño, jefe de la Unidad Tormenta del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), la ciudadanía carece de cultura para depositar la basura en su lugar y en su lugar la tira en las coladeras.
«El 50 por ciento de los cuatro mil encharcamientos que se registraron el año pasado fueron a consecuencia de la basura», dijo.
Durante diversos recorridos realizados por Reforma en compañía de cuadrillas, trabajadores del SACM relataron que al drenaje se tira desde basura, carteras y animales muertos, residuos que tapan el drenaje y ocasionan las inundaciones, por lo que el desazolve es indispensable.
Para evitar las anegaciones en la Ciudad, la Unidad Tormenta implementa un operativo especial desde finales de enero, cuatro meses antes del inicio de la temporada de lluvias.
El plan consiste en limpiar y mantener despejados 250 accesorios de drenaje, como coladeras, rejillas, pozos visita y siete mil kilómetros de la red del drenaje, por lo que estos puntos se visitan cada 15 días para retirar el azolve.
Sin embargo, los árboles de la Ciudad también representan un problema cuando las calles no son barridas con frecuencia, pues la hojarasca se acumula en las alcantarillas.
Las raíces de los árboles también dañan los tubos del drenaje, pues al buscar la humedad en la tierra perforan los tubos y en ocasiones colapsa la red hidráulica.
Un ejemplo es la esquina de las Calles Zamora y Veracruz, en la colonia Condesa, donde los árboles que hay sobre las calles rompieron la tubería y ocasionaron un encharcamiento.
«En este punto tenemos la tubería rota a consecuencia de las raíces del árbol, esto es muy común en esta colonia», dijo el arquitecto Gonzalo Díaz, quien tiene a su cargo ocho cuadrillas que se encargan de limpiar de manera manual la red hidráulica en Cuauhtémoc y Benito Juárez.
«Hay ocasiones que nos encontramos toda una raíz que impide el paso del agua, lo que tenemos que hacer es llamar a un camión vactor para sacar el agua y después cambiar la tubería».
El ingeniero Rodolfo Barrón también señaló que otro de los problemas son los hundimientos en las calles, con lo cual la pendiente se pierde y al captación de agua no se hace de manera adecuada.
Con la ayuda de 25 camiones vactor se realiza el desazolve de vías primarias en las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Cuajimalpa.
Extorsionan a trabajadores
Aunque el desazolve del drenaje es por el bien de la Ciudad, hay quienes abusan de los servicios que ofrecen las cuadrillas de la Unidad Tormenta.
De acuerdo a los trabajadores del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, trabajar en algunas colonias se vuelve complicado, pues hay quienes les cobran por trabajar o de plano les roban la herramienta.
Las colonias donde se frecuenta esta práctica son la Guerrero, Buenos Aires, Doctores, Santa María la Ribera y Lagunilla, entre otras.
«Tenemos que cuidarnos de todo, hay sujetos que llegan en grupo y piden dinero a la cuadrilla para poder hacer su trabajo, en diversas ocasiones los han asaltado a mano armada para poder llevarse la herramienta.
«Hay gente que nos reclama porque trabajamos en el día y no saben que trabajar de noche es muy peligroso, para empezar nos atropellan, por último nos roban», indicó el arquitecto Gonzalo Díaz.