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TEOTIHUACÁN, Edomex., 21 de marzo de 2014.- Como cada año, miles de personas llegan a la Zona Arqueológica de Teotihuacán para recibir energía por la llegada de la primavera, a pesar de que no existe un fundamento científico para esta creencia.
Sin embargo, las personas continúan llegando a este lugar cada Equinoccio de Primavera para cargarse de energía, ya que consideran que esta fecha tiene algo místico.
Fue a partir de 1992 cuando el Dalai Lama llegó a Teotihuacán para “activar” con sus rezos, bailes y meditaciones el despertar del que es considerado un polo energético de la tierra, lo que provocó que en años subsecuentes arribaran más de un millón de personas, tan solo el 21 de marzo.
Sin embargo, para el arqueólogo Rubén Cabrera, investigador del INAH, esta idea sólo genera una serie de circunstancias que deterioran el patrimonio; por ello, hizo un llamado a la conciencia de los asistentes a las zonas arqueológicas para no dañar los vestigios.
Asimismo, el director de la Zona Arqueológica de Teotihuacán, Alejandro Sarabia González, coincidió en que hasta el momento no existe ninguna evidencia de que los antiguos pobladores de las ciudades prehispánicas realizaran actos con fines energéticos.