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TECÁMAC, Edomex., 22 de agosto de 2014.- El consumo excesivo de sal, aunado a factores como la edad y el consumo de alimentos grasos, además de la falta de actividad física, incrementan el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, accidentes encefálicos, insuficiencia renal u obesidad.
Ignacio Valdivia Ortega, coordinador auxiliar delegacional de Nutrición y Dietética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) México Oriente, señaló que en las dietas actuales, a base de alimentos procesados de fácil preparación o precocidos, se encuentran cantidades excesivas de sal.
Hay también productos en los que se usa exceso de sal, como los embutidos o carnes frías; pan, pastas instantáneas y frituras, además de quesos y platillos preparados, los cuales deben consumirse escasamente.
Por otro lado, Valdivia Ortega dijo que “hay que aprender a sentir los sabores sin esa pizca extra de sal”, por lo que sugiere sustituir la sal por hierbas aromáticas y especies; “lo deseable es reducir la ingesta a sólo dos gramos diarios, lo que equivale a la pérdida de sodio por transpiración, orina y heces”.
Además, se deben consumir al menos 2 litros de agua simple (no mineralizada) y realizar 30 minutos de ejercicio al día, lo que ayudarán a la pérdida normal de sal a través de la transpiración.