Prosperidad Compartida, la respuesta a la migración
Escribir sobre la enésima y definitiva negativa de Carlos Vela de jugar con la Selección provoca algo muy parecido a las náuseas. ¿Qué tiene de terrible? ¿Qué tiene de trascendente? Con Vela o sin Vela las posibilidades de que México sea campeón del Mundo siguen siendo ínfimas.
No por el hecho de ser mexicano tiene que jugar con la Selección. Es su derecho, su decisión, son muy sus patitas y sus neuronas. Es como si todos los mexicanos tuvieran la obligación de ser católicos y guadalupanos y no es así. Ser integrante de una Selección Nacional no debe tratarse como un dogma de fe, es una cuestión estrictamente personal, nos guste o no. En mi vida prefiero a alguien que desee estar en ella y no a quien me quiera hacer el favor de estar en ella.
El que se pierde el Mundial es él. Lo que pierda por no asistir será una pérdida suya. ¿Importan los motivos de su decisión? Realmente no lo creo. Él los valoró, él los juzgó y él, sólo él, tomó una decisión que afectará o beneficiará su carrera, así sea por asuntos personales, profesionales, económicos, sexuales o religiosos. ¿Acaso debe venir a jugar a huevo? ¿A usted le gustaría que le escogieran la novia?
Evidentemente es una decisión incorrecta desde el punto de vista de su carrera y su mercadotecnia. Al no asistir perderá muchos cientos de miles de dólares por contratos publicitarios, además de los deportivos. Eso lo sabe y no le importó. Por ello, por ser una decisión estrictamente personal, debe respetarse. En lo personal, Vela, me parece, es un extraordinario jugador, el mejor mexicano de la actualidad, pero con aserrín en la cabeza, algo que no lo demerita en nada cuando está sobre la cancha y hace en su equipo lo que mejor sabe hacer, jugar futbol y anotar.
Llegó el momento de sólo disfrutar su quehacer en las canchas en Europa y dejar de mentarle la madre en las redes por su decisión de no jugar por México. En un futbol nuestro donde una inmensa mayoría apoya a naturalizados en la Selección, veo incongruente que se satanice a un mexicano que habla como español por no querer jugar con una Selección híbrida pero constitucionalmente mexicana.
Eso sí, siendo directivo yo le habría cerrado ya las puertas de manera definitiva por el resto de su carrera deportiva. Porque si Vela no necesita al futbol mexicano, éste podrá sobrevivir sin él sin duda alguna. Porque ya desde hace muchos, muchos meses hablar de los motivos de Vela para no venir, en lo personal, me da mucha hueva. ¿Y a usted qué le produce esta telenovela?
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