Adicción al Celular: Una Amenaza para las Relaciones Familiares

TOLUCA, Edomex. 27 de mayo de 2024.– Según datos de la Secretaría de Salud del gobierno de la República, hasta el 39% de los adolescentes de 12 a 17 años en nuestro país ha consumido alcohol al menos una vez en su vida. De esta población, el 8.3%, es decir, 1.1 millones de jóvenes, reporta consumo excesivo de bebidas alcohólicas al menos una vez al mes.

Viridiana García Casimiro, maestra en desarrollo humano del DIF Estado de México, señala que esta realidad puede estar relacionada con lo que ella denomina el “desgarre de las relaciones afectivas entre personas,” atribuido al uso excesivo de dispositivos digitales.

García Casimiro explica que hemos otorgado a las redes sociales y dispositivos electrónicos el privilegio y derecho de mantener el contacto afectivo con nuestros seres queridos. Esto, en el fondo, está generando un vacío emocional en las personas, acompañado de una soledad desestimada.

Los adolescentes, sin las herramientas emocionales adecuadas, son los más afectados por esta situación, quedando en mayor vulnerabilidad ante riesgos de violencia, delitos y consumo de sustancias como alcohol o drogas.

Entre los obstáculos que afectan la comunicación entre padres e hijos, García Casimiro menciona los más comunes:

• Falta de tiempo
• Desestima de la comunicación
• Supuesta rebeldía de los hijos
• Mayor importancia a los recursos económicos que emocionales

Lamentó que la generación de los “dispositivos digitales” no esté generando vínculos afectivos entre personas, sino con sus celulares, siendo los hijos el eslabón más débil en las familias.

García Casimiro hizo un llamado a evaluar y redireccionar las relaciones dentro de los núcleos familiares, reflexionando con preguntas necesarias como:

• ¿Te comunicas con tu hijo?
• ¿Cómo es la comunicación con tu hijo?
• ¿Cuánto tiempo dedicas a entablar una conversación?
• ¿Cómo evaluarías esa comunicación?

Si las respuestas a estas preguntas son negativas, García Casimiro pidió tomar medidas para recular y disminuir los riesgos a los que pueden estar expuestos los adolescentes.