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ECATEPEC, Edomex., 26 de abril de 2025.- La contaminación, las descargas de aguas residuales y los asentamientos irregulares en barrancas representan un riesgo permanente para miles de familias en Ecatepec, advirtió el gobierno municipal al anunciar nuevas medidas de vigilancia y sanciones para quienes sigan deteriorando estas zonas naturales.
El desorden urbano permitido durante décadas ha saturado las barrancas de basura, llantas y desechos domésticos, elevando el peligro de deslaves e inundaciones, especialmente en temporada de lluvias, cuando los cauces naturales no pueden drenar adecuadamente.
Para enfrentar esta situación, la presidenta municipal Azucena Cisneros Coss puso en marcha la Brigada de Vigilancia Ambiental “Tlaloque” y entregó los primeros 15 gafetes a integrantes que tendrán la tarea de proteger estas áreas, luego de trabajos de limpieza y saneamiento.
“Vamos a notificar a los que viven y tiran su drenaje a las barrancas; eso estará prohibido y será altamente penalizado”, advirtió Cisneros, quien remarcó que el descuido histórico ha puesto en peligro la vida de quienes habitan en las inmediaciones.
Durante una jornada de limpieza realizada en la barranca de La Joya, trabajadores de 21 direcciones municipales retiraron toneladas de basura a lo largo de dos kilómetros, en uno de los primeros pasos para recuperar estos espacios como zonas verdes y de conservación ambiental.
La presidenta municipal explicó que la meta de su gobierno es transformar las barrancas en entornos naturales, con aguas limpias y flora nativa, donde las comunidades ya no estén expuestas a riesgos fatales por contaminación o desgajamientos.
Asimismo, Cisneros hizo un llamado a la corresponsabilidad de la ciudadanía, para apropiarse de estos espacios y evitar que vuelvan a convertirse en tiraderos clandestinos que agravan el riesgo ambiental.
Por su parte, Ángel Jaquez Flores, del Grupo Ecologista Guardianes del Ehécatl, señaló que hay condiciones para rescatar zonas como las barrancas de Ehécatl, Almárcigo Sur y Acuales, en los límites con Coacalco, y convertirlas en áreas naturales protegidas.
Particularmente, la barranca del Ehécatl, que cuenta con 7.4 hectáreas de superficie, ya está en proceso para ser declarada parque urbano, con registros de más de 8 mil imágenes de flora y fauna como aves migratorias y mariposa monarca, muestra de la biodiversidad aún existente en la Sierra de Guadalupe.