Asaltan a chofer de camión de cerveza en Tultitlán; se llevan cartones
Arturo González ha sido siempre un sujeto dedicado al cuidado de personajes políticos. Ha deambulando por el Gobierno estatal y pasado a Secretarías de estado como chapulín que pierde la confianza de sus jefes y lo echan a otra chambita.
Ahora arma -eso dice- la logística del alcalde de Toluca. El problema de este sujeto es que desconoce el trato directo con las personas, poco sabe de las buenas maneras y sigue creyendo que este mundo es el de las charolas que ha acumulado y que hablan más bien de su ineficiencia laboral.
Prepotente, cree tener a su control la disposición del alcalde y sus allegados, y manotea, grita, insulta y agrede a aquel que ose incomodar su insignificante trabajo.
La tarde de ayer, en el PRI, lo mismo empujó, gritó y manoteó a invitados, bajo el argumento de que tenía que cuidar y resguardar el recinto.
A varios invitados especiales les tocó la prepotencia de este individuo.
Como que es hora que sujetos como éste entiendan que ya se acabaron esos tiempos de prepotentes guardaespaldas que piensan que deciden la vida de los otros ¿no?