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Josefina Vázquez Mota, la ex candidata a gobernadora del Estado de México por el PAN, parece que ya dio carpetazo al proceso local. Luego de su derrota dejó el asunto post electoral en manos de Alfonso Bravo para dar seguimiento a las impugnaciones, pero todo parece ya estar en el olvido.
Ya los panistas mexiquenses miran hacia el 2018. Ulises Ramírez, el poderoso diputado federal, representa en el Estado de México los intereses del aspirante presidencial, Rafael Moreno Valle; José Luis Durán Reveles, trabaja en favor de Ernesto Ruffo Appel; Juan Carlos Núñez Armas, hace lo propio para Margarita Zavala, mientras que Edgar Olvera y Víctor Hugo Sondón le hacen la tarea a Ricardo Anaya.
Todos ya empiezan a tener presencia en territorio mexiquense. El ex gobernador poblano, Moreno Valle, vino a Toluca el fin de semana pasado para presentar un libro, así como su propuesta de gobiernos de coalición, y de implementar la segunda vuelta electoral.
Todos decidieron darle vuelta a la página del pasado 4 de junio, pero la realidad es que dejaron ellos mismos un partido hecho pedazos. Todos tendrán que trabajar mucho para recomponer el rumbo y habrá que esperar las definiciones, primero presidenciales, porque de esas se desprenden los papeles que jugarán cada uno de ellos en la subsecuente lucha del 2018 por senadurías, diputaciones federales y presidencias municipales.
Cada uno tiene sus fortalezas y también sus debilidades, y al final del día cada uno de los mexiquenses que se han decantado por un aspirante presidencial, saben que si no ganan la nominación, algo les tocará del pastel político, porque lo importante es estar presente, y ellos actúan en consecuencia.