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TOLUCA, Edomex., 12 de mayo de 2025.— Menos del 10% del ganado en el Estado de México está debidamente identificado, lo que pone en riesgo la salud de los consumidores.
En el Estado de México, la falta de identificación del ganado representa un riesgo creciente para la salud pública. De acuerdo con Javier Reyes Escamilla, presidente de la Unión Ganadera en la entidad, menos del 10% de los animales cuentan con un arete oficial, herramienta fundamental para rastrear su origen, cuidados y condiciones sanitarias.
“El aretado ya no se practica como antes. Muchos ganaderos han dejado de registrar sus animales en la Unidad de Producción Pecuaria, lo que impide saber de dónde viene la carne que se consume”, explicó Reyes Escamilla.
El arete ganadero es una pieza clave para garantizar la trazabilidad, es decir, la capacidad de seguir el rastro del animal desde su nacimiento hasta su sacrificio. Este control permite conocer qué alimentos consumió, qué tratamientos veterinarios recibió y si estuvo expuesto a sustancias prohibidas, como el clembuterol.
Sin este sistema, los consumidores podrían estar adquiriendo carne de origen incierto, con procesos de engorda poco transparentes o incluso con químicos peligrosos para la salud. “El problema más grave es que la carne puede estar contaminada, haber sido tratada con sustancias ilegales o provenir de animales enfermos sin que nadie lo sepa”, advirtió el líder ganadero.
Reyes Escamilla también mencionó que esta falta de control pone en desventaja a los productores locales que sí cumplen con las normas, ya que compiten con carne más barata pero de menor calidad y dudosa procedencia.
A nivel nacional, el avance en el aretado es mínimo. A juicio del representante ganadero, México está “en pañales” respecto a países como Estados Unidos o Canadá, donde existe un seguimiento estricto en toda la cadena de producción cárnica.
Para revertir esta situación, Reyes Escamilla hizo un llamado a que las autoridades federales, estatales y municipales trabajen en conjunto con productores y rastros, a fin de establecer una política seria y eficaz de identificación animal.
Consumidores: pregunten antes de comprar
Como medida inmediata, el dirigente sugirió que los consumidores adopten el hábito de preguntar al carnicero sobre el origen de la carne. “Los carniceros saben dónde compran, dónde sacrifican y cómo llega ese producto a su local. Hay que exigir información”, apuntó.
Por último, subrayó la importancia de fomentar una cultura de consumo responsable: “Muchas personas compran carne por el sabor o la atención que reciben en el negocio, pero no se informan sobre su calidad. Es momento de cambiar eso”.