Cae presunto coautor de feminicidio de la abogada Oralia Pérez Garduño
MORELIA, Mich., 16 de noviembre de 2018.- En vísperas del congreso nacional del Partido de la Revolución Democrática, el gobernador Silvano Aureoles emitió una carta abierta, cuyo texto íntegro reproduce Quadratín:
¡Rescatemos los orígenes del PRD!
Carta abierta de Silvano Aureoles Conejo a los congresistas del XV Congreso Nacional Extraordinario del Partido de la Revolución Democrática:
Este próximo fin de semana tenemos en nuestras manos la oportunidad de reencontrarnos con la ciudadanía, como una opción electoral que levante las banderas de una izquierda progresista; por ello, hago un llamado para que se tomen en cuenta estos puntos que, entre otros, deben ser de suma importancia para tratarlos en el Congreso Nacional que se llevará a cabo el 17 y 18 de noviembre del año en curso.
1.- El PRD debe ser un partido que abrace las causas de las y los mexicanos El 1 de julio el electorado expresó sus preferencias de manera muy clara, y con ello también manifestó su rechazo a los partidos participantes en la jornada electoral. Sobre el resultado habrá que decir que el mensaje para el PRD no es nada favorable: es un mensaje fuerte hacia nuestro partido porque la ciudadanía no se sintió representada; dejamos de abrazar las necesidades de la población. Ante ello el PRD debe retomar las causas de la gente. El PRD debe regresar a sus valores e ideologías que le dieron vida, que fueron los motivos de nuestra razón de lucha, y de la de millones de mujeres y hombres convencidos con nuestro proyecto político. Muchos de ellos, incluso, a costa de sus vidas.
2.- Debemos ser un partido sin corporativismo El PRD debe dejar de ser rehén de los grupos de presión, de las corrientes, de los poderes fácticos, de las agrupaciones que tienen agendas propias y que se apoyan como resorte en la estructuras del partido. Debe dejar el corporativismo como una necesidad y volver a ser un partido de izquierda, un partido ciudadano apegado a resolver los problemas de la sociedad, y no los intereses personales o de grupo.
3.- Un Partido sin burocracia Durante estos casi 30 años de existencia, el partido se convirtió en un instituto burocrático más que ejecutivo; crecieron los recursos humanos como si fuésemos una empresa, pero no creció la simpatía del partido. Decrecimos en representantes populares y se ensanchó la nómina y la burocracia en las distintas secretarias y órganos partidarios. Se prefirió el gusto por la nómina que por el ejercicio de acciones que resolvieran la problemática de la sociedad. Se dejó de estar al pendiente de las necesidades de nuestros gobernados y representados, por resolver las necesidades de la burocracia interna que creció y se fortaleció en medio de la comodidad de los ingresos del partido. Se tiene que dar vuelta a la página para ser activos y proactivos en la agenda nacional, con un partido dinámico, ágil, reestructurado, física y políticamente, al servicio de los ciudadanos.
4.- Un Partido auditor de sus gobiernos y representantes populares El PRD impulsó y promovió durante 30 años una línea política y un modelo de gobiernos de izquierda, pero nos olvidamos de auditar y revisar cómo gobernaban nuestros representantes populares. El PRD debe abandonar este hábito conductual y debe ser auditor y fiscal del quehacer de nuestros representantes en los diferentes ámbitos de representación política. No debemos abandonar a nuestras autoridades en el ejercicio del poder mandatado por el pueblo. Necesitamos del reconocimiento de nuestros electores; ahí esta el refrendo o castigo electoral. No más olvido de los que nos representan. Urge un órgano que esté permanentemente revisando nuestras prácticas de gobernanza, para replicar y potenciar aquellas que conlleven un beneficio de alto impacto en la sociedad, pero también para evidenciar y sancionar, con todo el peso de la ley y de nuestros estatutos, aquellas que van en contra de los intereses del pueblo.
5.- Un partido sin corrientes No desconocemos que el origen de nuestro partido fue plural, que fue la expresión de un vitral de pensamientos y corrientes ideológicas de las izquierdas en nuestro país, pero conforme fueron avanzando los años las corrientes se pervirtieron y se convirtieron en corrientes de presión y cuotas de poder político. Muchos de los malos resultados del 1 de julio, y de otros años, no los entendimos ni interpretamos correctamente; la ciudadanía nos veía dividiéndonos y pulverizándonos entre tanta corriente. Las corrientes se convirtieron en franquicias de poder, por decirlo claro; para tener derecho a algún cargo de elección popular, los militantes tenían que ser pasantes de alguna corriente o meritorios de un grupo de poder para acceder a un cargo; esto debe zanjarse ¡no más corrientes en el PRD! No desconozco que las corrientes ideológicas de pensamiento deben de jugar un papel de opinión, de reflexión y formación política, pero lo que no queremos es que las corrientes deben asumir un papel protagónico por encima del partido.
¡Rescatemos al PRD! Recuperemos nuestro origen y nuestra esencia como partido de izquierda. La única y verdadera izquierda de las últimas décadas en México.