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CIUDAD DE MÉXICO, 04 de octubre de 2018.- La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) aseguró una cobra de monóculo luego de que ésta mordiera a su poseedor que se encuentra hospitalizado en la Ciudad de México, y el espécimen de la familia elapidae fue entregado a un herpetario también localizado en la capital del país.
Cobra es el nombre común de algunas serpientes venenosas, conocidas por su aspecto intimidante y su mordedura mortal.
Es considerada de alta peligrosidad, por los efectos que tiene el veneno (neurotóxico y miotóxico), ya que su mecanismo de toxicidad actúa directamente en el sistema nervioso, lo que conduce a una necrosis muscular aguda en donde fue inyectado el veneno, causando parálisis y hasta la muerte.
De acuerdo a un comunicado, inspectores de la Zona Metropolitana del Valle de México se constituyeron en un domicilio en la colonia Vallejo, Municipio de Gustavo A. Madero, Ciudad de México, donde se reportó un accidente ofídico (causado por la mordedura de serpientes que poseen e inoculan sustancias tóxicas).
Personal de la Profepa constató que una persona resultó mordida por una Cobra de Monóculo (Naja kaouthia) en su domicilio, lugar donde fue entregado el ejemplar adulto, el cual no presenta marcaje y se encuentra en buen estado físico.
El ejemplar fue trasladado a un herpetario de la CDMX, con el objeto de darle la atención y cuidados necesarios, contando además con instalaciones seguras, así como el plan de manejo aprobado para la especie por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el cual entre otras cosas contempla las medidas o protocolos a seguir en caso de contingencias como puede ser la fuga de este tipo de ejemplares o en su caso la atención en caso de algún accidente ofídico, contando con los elementos necesarios para cubrir estos supuestos.
La especie Naja kaouthia se encuentra listada en el Apéndice II de CITES y no se encuentra listada dentro de la NOM-059-Semarnat-2010 al tratarse de una especie exótica, cuya distribución natural no pertenece a nuestro territorio nacional. Estos reptiles –viven en Filipinas, el sur de Asia y África– se reconocen por un tipo de caperuza que despliegan cuando están irritadas o se sienten amenazadas, que se forma por extensión de las costillas de la parte trasera de su cabeza.
Se trata de una especie venenosa de comportamiento agresivo y hábitos nocturnos, puede llegar a medir 2 metros y habita en bosques, en tierras bajas, campos de cultivo y colinas, pudiéndose encontrar alrededor de asentamientos urbanos; se alimenta de roedores, sapos, lagartos y aves, entre otros.
Tienen colmillos fijos anteriores que se encuentran adaptados para introducir veneno, compuesto principalmente de neurotoxinas y citotoxinas, sustancias tóxicas para las células que bloquean la transmisión de los nervios, lo cual lleva a una parálisis e incluso la muerte por fallo respiratoria en los individuos que son mordidos por la especie Naja kaouthia.
La Profepa invita a la ciudadanía a no comprar este tipo de animales si no cuenta con la experiencia necesaria para el manejo de este tipo de especies, ni con los planes de manejo autorizados por la Semarnat, ya que son consideradas especies de alto riesgo y que pueden no solo representar una amenaza para el poseedor, sino para la población en general.