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CIUDAD DE MÉXICO, 13 de junio de 2025.- Los pobres están en el centro de toda la acción pastoral, afirmó el Papa León XIV en el mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres 2025, que se celebrará el próximo 16 de noviembre.
De acuerdo con una publicación de Vatican News, el Papa León XIV expresó en su mensaje que “el pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable, precisamente porque la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación. No confía en las seguridades del poder o del tener; al contrario, las sufre y con frecuencia es víctima de ellas”.
El pontífice afirmó que Dios “es nuestra primera y única esperanza, nosotros también realizamos el paso de las esperanzas efímeras a la esperanza duradera”.
Frente al deseo de tener a Dios como compañero de camino, las riquezas se relativizan, porque se descubre el verdadero tesoro del que realmente tenemos necesidad”.
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben, agregó.
León Catorce advirtió que “la pobreza más grave es no conocer a Dios”. Y recordó al Papa Francisco que lo escribía en la Evangelii gaudium:
“La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, subendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe” (n. 200).
El Papa señaló que los bienes de la tierra, como “regla de fe y secreto de la esperanza” no bastan para hacer feliz al corazón:
Las riquezas muchas veces engañan y conducen a situaciones dramáticas de pobreza, la más grave de todas es pensar que no necesitamos a Dios y que podemos llevar adelante la propia vida independientemente de Él”.
El papa puntualizó que “la pobreza tiene causas estructurales que deben ser afrontadas y eliminadas».
“Mientras esto sucede, todos estamos llamados a crear nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana, como lo hicieron muchos santos y santas de todas las épocas”.