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DE LA AMISTAD
Tema a revisar es la idea que tiene Nicolás Maquiavelo de sus amigos. El sentimiento de la amistad parece en política la cualidad humana menos valorada. Es más fácil ser traicionados que lo contrario dirían buena cantidad de políticos a través de la historia. Eso dice Vicente Riva Palacio Guerrero al señalar que <<han de ser los amigos que más reciben los que más han de traicionarle>>.
Sin embargo al revisar escritos del cronista y padre de la ciencia política atendemos que su idea de amistad se sustenta en los actos de aquellos que pasan cerca de su existencia y en esas experiencias Maquiavelo aprende que sí hay afecto a sus iguales. Es decir a quienes desde diversas clases sociales, estratos o composiciones sociales de aquellos años del siglo XV eran vivencia cotidiana.
Leer palabras en el libro “Del arte de la guerra” son motivo de una larga reflexión, que como entrevista entre Cosimo Rucellai y Fabricio Colonna de Lombardía viene a dar motivo de preocupación en la presencia del poder militar, que como sombra oscura, permea todos los principados de aquel tiempo en Europa. Y que después de las violentas y crueles apariciones de las castas militares en Sudamérica dejaron lecciones que no se deben repetir en nuestro continente americano.
Maquiavelo que asiste a tal entrevista escribe la experiencia y enseña reglas que son incontrovertibles y que mucho bien harían los gobernantes del siglo XXI antes de dar mucho poder a las fuerzas castrenses por medios diversos y normas que rijan dicha presencia que debe ser siempre coartada por las propias leyes y los gobernantes en toda hora.
Cuenta por principio con palabras amables sobre el tema de la amistad que en Nicolás dudaríamos que pensara así, cuando la leyenda negra del florentino le ha hecho aparecer con toda acción inmoral con tal de mantener el poder político por los medios que sean.
Por eso digo que para comprender la grandeza de Nicolás Maquiavelo lo debemos de ubicar en el terreno de la Crónica, crónica de las más difíciles de hacer: aquella de la política que es un terreno pantanoso donde todo ser humano cae, ante ambiciones de los que desean el poder político, y por lo tanto, económico y social sean cuales sean los métodos violentos y de armas que deban utilizar.
Recordemos los que Adolf Hitler utiliza en la década de los treinta en la Alemania que no sabía que entraba a su peor pesadilla en su historia como nuevo Estado en el siglo XX. Lo que sigue siendo yaga que supura a través de ultraderechas de Europa y el mundo, como se ve en el deseo de alcanzar el poder de reinos, gobiernos democráticos, republicanos o federalistas a la fecha.
¡Cuidado con el militarismo! Ese es el motivo de esta charla que Cosimo y Fabricio tienen. Donde asiste Nicolás Maquiavelo y para fortuna y sabiduría nuestra, registra lo dicho por ambos: ello me hace recordar escritos del filósofo griego Platón. Diálogos de Platón registran lo que su maestro el filósofo Sócrates, dice sobre temas que hoy son motivo esencial para filósofos y pensadores de todo el mundo y no sólo de Grecia o Europa sobre todo tipo de temas desde el amo hasta la existencia del humano dentro de comportamientos que hablan de libertad, ética y cultura.
Lo que llama la atención em el libro de Maquiavelo, Del arte de la guerra es que el tratar sobre la presencia militar en los principados o diversos gobiernos que existen y han existido: palabras precisas del cronista que es Maquiavelo al relatar lo dicho al respecto de las diversas calidades de soldados que hayan en los hechos que se dan a través de la historia de Europa en todas sus épocas.
Mucho trata en una obra eterna es la de Maquiavelo, en ella expresa su sentimiento del amigo elogiando al que le permite estar en esa charla que ha de descifrar los peligros del militarismo de aquel siglo en los diversos principados. Inssito cuánto bien leharía a gobernantes de América Latina que mucho han sufrido por no saber de estas lecciones que permiten comprender lo que son buenos gobiernos democráticos y lo contrario: poder sustentado en las armas y la fuerza concentrada en contra del pueblo, del cual vemos, por ejemplo en el país de El Salvador para este año del 2025.
Todo ello para citar el texto de Maquiavelo que dice: “Creo lícito alabar a un hombre después de muerto son que en la alabanza haya motivo ni sospecha de adulación, y por ello no titubeo el elogiar e nuestro Cosimo Rucellai, cuyo recuerdo me hace siempre verter lágrimas. Poseía cuantas dotes puede desear un buen amigo de sus amigos y la patria de sus hijos, porque no tuvo cosa suya, incluso la vida, que no pusiera voluntariamente a disposición de sus amigos, ni creo temiera acometer empresa alguna, por atrevida que fuese, si comprendía que era útil a su patria”.
Quien esto escribe en su obra El Príncipe, comprueba que ha de ser el mal más que la buena voluntad la que impere en el mundo de la política y la ambición por tenerlo o sostenerse en el mismo. Sí, Maquiavelo estudió y conoció bien las distintas formas de comportamiento del ser humano. Por eso escribe de su amigo: “Confieso ingenuamente no haber encontrado entre tantos hombres como he conocido y tratado ninguno tan entusiasta por los grandes hechos y los actos magníficos”.
Distinguir la diferencia entre buenos y malos —fueran hombre o mujeres—, a eso dedicó su vida en padre de la ciencia política, haciendo este estudio más allá de simpatías y antipatías, viendo y contando lo que veía sin tratar de retratar la mentira como verdad y la verdad como mentira, cosa que sí hacen los falsos cronistas que andan pululando en la mentira, cual sofistas pagados para que cuenten lo que al poder político o económico le importa.
Sí, cuenta el florentino: “El único pesar que, al morir, expresaba a sus amigos, era el de haber nacido para perder la vida joven aún, dentro de su casa, sin gloria, sin haber podido, como deseaba, prestar algún notable servicio y sabiendo que sólo podría decirse de él: “ha muerto un buen amigo”. El ámbito donde anduvo toda su vida Maquiavelo pertenece a la de quienes se ponen como tarea servir a sus conciudadanos, esto hablando del buen amigo y el buen político. Lástima que lo contrario sea obra de miles de años en contra de la humanidad y, por ello, sea raro hallar amigos en la política de estos tiempos en nuestra patria, como consta una y otra vez en los poderes que componen nuestra república.