Debate, lejos de propuestas, lleno de golpes bajos

TOLUCA, Edomex., 25 de abril de 2017.- La sangre no llegó al río. Tampoco el boicot. El debate cumplió, al menos con las reglas de civilidad.

Solo un prieto: fue a puerta cerrada: menos de tres decenas de isidristas no soltaron la puerta principal del Instituto Electoral del Estado de México.

Los candidatos y sus invitados entraron como las sirvientas: por accesos secundarios.

No hubo necesidad de dispositivo policial, pese a la amenaza de Isidro Pastor.

Pero fue magistral la jugada del Anonymus Toluqueño.

Se levantó Pastor para hacer su debate, «el verdadero» debate, el debate con académicos e intelectuales, diría su hijo.

Sí, el vástago que recriminó en público a Del Mazo y tuvo que ser sometido física y judicialmente.

Seis y minutos pasados, Isidro avanzó hacia el Marriot. Curiosamente en el mismo lapso, bajaron un centenar de personajes con túnicas negras, cirios, máscaras de la depredadora figura cibernética y mantas, mantas.

Llenas todas de acusaciones, señalamientos, corruptelas, cochinadas y marranadas (citaría el de Macuspana) contra los tres punteros.

Pacíficos, silenciosos por momentos, pero desafiantes, el Anonymus Toluqueño se plantó frente a la sede electoral.

Ahí, frente a cientos, quizá miles de automovilistas, presentaron «pruebas fehacientes» de las presuntas fechorías hechas por Josefina Vázquez Mota.

Le clavaron más la espina que la derribó en el primer debate: Los mil millones de pesos que Peña Nieto otorgó a su fundación, Juntos Podemos.

Más aún, aseguraban las banderas que gastó 14 millones de pesos en 8 municipios para mantener su campaña electoral, mientras a sus militantes les daba galletas de animalitos.

De Delfina, le restregaron su falta de transparencia, reprobar su cuenta pública, y otorgar arbitraria e ilegalmente obras por 6.4 millones de pesos a compañía amigas durante su paso por el gobierno de Texcoco.

Mostraron benevolencia con del Mazo. Solo le advirtieron que los bots de sus tuits no le salvarán en las urnas.

Más tarde, proyectaron las denuncias señaladas. Pero ahora con la sentencia de que Anonymus no perdona. El clásico cierre de ese grupo y con el tradicional acento ibérico que le caracteriza.

El tiempo avanza.

Camionetas y las camionetas, todas ellas de lujo, características humillantes y avasallante de la clase política, ingresaban al estacionamiento del recinto.

Blindadas, polarizadas. Rojas, negras, blancas. De todos colores y sabores.

Llegó un momento en que el avispero de reporteros era superado por el de guaruras de los que hoy son criticados, reprobados, rechazados por una sociedad hastiada, cansada, oprimida y exprimida por su clase política y gobernante.

Solo el frente perredista llego a pie.

A la cabeza la polémica ex azafata, emergida de la huelga de importante línea área y hoy conductora del PRD, Alejandra Barrales, era flanqueada por el senador y coordinador de la campaña, Luis Sánchez.

Afuera, poco a poco, la base, la masa, el soporte que da vida a los partidos, llegaba, se posicionaba en la plancha exterior del IEEM.

Los matraqueros de Óscar González se agarraron primera fila.

Estruendosos, gritones, aplaudían cada palabra del de Metepec, seguido de una fanfarria de banda.

Los grandes ausentes: priísta y panistas.

En la austeridad, rayando casi en la miseria, solos una pantalla para todos los simpatizantes.

Igual con la sala de prensa.

Más de 100 comunicadores para limitadas cafeteras, un puñado de cacahuates y pocas porciones de galletas.

Discretos, un gran número de hombres con corte tipo militar, deambulaban entre los militantes. En puestos estratégicos, comunicaban por radio, paso a paso, momento a momento, el desarrollo del evento.

Ya en pantalla, los gritones le tupieron a Del Mazo, a Margarita y a Delfina. Les gritaban, los vituperaban, les mentaban la madre.

Acá, afuera, también se sostenía otro debate, el debate de la militancia que apoyaba a su candidato.

Hasta Juanito, el de Iztapalapa se promovió.

Dijo que iba por la grande y cerrar el paso a Andrés Manuel López Obrador, el verdadero peligro para México.

21:31. Concluye el debate.

El saldo: Blanco

Ahora, al postdebate…