Balazos en el pie
Lástima que no fue debate, sino una seguidilla de monólogos de candidatos al gobierno del Estado de México, pues la acusación con pruebas de Josefina Vázquez Mota a Delfina Gómez ameritaba una respuesta.
¿Cómo que le descontó parte de su sueldo, durante 70 quincenas, a los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco, para entregarlos a su líder político, Higinio Martínez, de Morena?
Ahí están los oficios firmados por la entonces alcaldesa de Texcoco y ahora candidata a gobernar el Estado de México, en que ordena descontar 10 por ciento de su salario a los trabajadores.
¿No merecía eso una respuesta?
Delfina calló ante tales señalamientos porque lo que le estaban diciendo era verdad. Y es delito.
Si no tenía respuesta debió admitirlo. No es una cuestión de apreciaciones, sino una acusación con pruebas en la mano.
La candidata de Morena, cuando fue alcaldesa de Texcoco, descontaba cada quincena a los trabajadores el 10 por ciento de su salario bajo el concepto de “Grupo de Acción Política”.
Ese Grupo es dirigido por Higinio Martínez, padrino político de Delfina, y miembro distinguido de Morena en el Estado de México.
Los cheques se depositaban en la cuenta de la Subdirectora de Recursos Humanos, Victoria Anaya Campos, que hoy es la coordinadora de giras de la campaña de Delfina.
Se trata de un delito por donde se le mire, y quedó sin respuesta en el debate.
A estas alturas del siglo no es concebible ni aceptable que se quite parte del sueldo a los empleados de un gobierno para entregárselos a personas que lideran grupos en un partido.
Lo único que dijo Delfina Gómez es que la atacan porque le tienen miedo.
¿No tiene otra respuesta?
Por supuesto que es de temer una persona que ordena descontar el salario de los trabajadores. Que ese dinero se deposite en la cuenta de una funcionaria, quien a la postre es la coordinadora de giras de su campaña a gobernadora.
Catorce millones de pesos les quitó a sus empleados para dárselos a un líder político, si es que se los dio.
Ahora tendrá que actuar la justicia para castigar ese robo.
Y habrá que saber si ese dinero, en la cuenta de su subdirectora de Recursos Humanos y ahora coordinadora de giras de Delfina, es el que financia parte de la campaña de la señora.
¿O era para comprar la candidatura al gobierno del Estado de México?
Lamentablemente creo que no llegaremos a saber nada de los delitos de la candidata de Morena y sus cómplices, porque se van a hacer las víctimas.
“Nos tienen miedo”, “nos quieren ganar a la mala”, “es la mafia del poder”, y con eso hacen presión sobre las autoridades que se amilanan o prefieren, por estrategia, dejar las cosas en paz.
Después de la acusación con pruebas de Josefina contra Delfina, la justicia debe actuar, o no sirve para nada.
Sobre la mesa hay un delito, asociado una práctica que creíamos desterrada desde 2005: descontar de manera obligatoria una parte del salario de los empleados con fines político-partidistas.
Los que acusan de corruptos a todos los demás y extienden certificados de honorabilidad a quienes les son incondicionales, están manchados de cuerpo entero.
Deben aclarar y declarar. Aunque digan ser izquierda (que no lo son).