Derriban a pilotos de EU sobre el Mar Rojo; se presume fuego amigo
MABALACAT, Filipinas, 9 de mayo de 2017.- El presunto pedófilo pudo ver gente que golpeaba su puerta. ¿Eran vecinos? ¿Policías?
Una mujer tenía letras en su chaqueta. Y mientras David Timothy Deakin trataba de averiguar qué querían decir las siglas “NBI” en la computadora de su cama, agentes de la Oficina Nacional de Investigaciones (NBI, según sus siglas en inglés) ingresaron por la fuerza en su guarida de cibersexo.
En la vivienda de dos habitaciones se encontró ropa interior y zapatos de menores, cámaras, esposas, pipas para fumar meth y pilas de discos duros. En la pared alguien había escrito “mi mami y mi papi me quieren”. En la computadora había videos e imágenes de niños y niñas realizando actos sexuales, dio a conocer la agencia de noticias la Prensa Asociada.
“¿Por qué todo el mundo pregunta sobre chicos que vienen a mi casa?”, dijo Deakin, de 53 años, con el torso desnudo y sudando intensamente. Sus anteojos estaban empañados y las autoridades le habían atado las muñecas por la espalda.
El arresto de Deakin el 20 de abril saca a la luz uno de los rincones más ocultos de la Internet, donde pedófilos de Estados Unidos, Europa y otros sitios pagan a intermediarios en las Filipinas para abusar a la distancia de menores, incluso bebés, ordenándoles hacer cosas vía streaming en vivo.
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