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NEZAHUALCÓYOTL, Edomex., 9 de julio de 2025.– En Nezahualcóyotl, la música sonidera ha pasado de ser una tradición popular a convertirse en una fuente de controversia. Desde que Adolfo Cerqueda Rebollo asumió la alcaldía, los bailes sonideros se han multiplicado, resonando hasta altas horas de la noche y superando los límites de ruido permitidos. La falta de regulación municipal ha desatado la inconformidad de los residentes, quienes ven alterada su tranquilidad y descanso familiar.
Familias enteras han alzado la voz contra estos eventos semanales que perturban el orden público. El estruendo de la música impide el sueño de cientos de ciudadanos, convirtiendo lo que debería ser una expresión cultural en una pesadilla nocturna. A pesar de la herencia sonidera del municipio, la paz de la comunidad se ha visto gravemente comprometida por la promoción constante de estos eventos sin la supervisión de Protección Civil.
Los ciudadanos acusan al alcalde Cerqueda Rebollo, junto con el diputado federal Juan Hugo de la Rosa García, de priorizar beneficios económicos por encima del bienestar colectivo. “Cada ocho días es lo mismo, el volumen del sonido es tan fuerte que no deja dormir. Incluso hemos tenido que recurrir a las autoridades de seguridad pública, pero nunca hacen nada”, lamentó un residente afectado.
Se cree que estos bailes sonideros representan una fuente lucrativa para el alcalde, quien además de ser su promotor principal, ha sido señalado como el beneficiario económico, en presunta complicidad con el legislador Rosa García. Esta situación ha generado un creciente descontento entre los habitantes, quienes exigen una solución equilibrada que respete tanto la tradición cultural como la necesidad de un ambiente tranquilo.
“Ya agarraron de cada fin de semana, no respetan a los que al otro día tenemos que trabajar, a mi bebé no lo dejan dormir. No sé si lo hacen por diversión o realmente están teniendo un beneficio las autoridades municipales”, expresó una vecina preocupada.
Algunos habitantes del municipio han señalado que las fuerzas de seguridad pública son utilizadas para resguardar estos eventos especiales, por órdenes del alcalde, en lugar de enfocarse en la seguridad ciudadana, lo cual ha generado inconformidad. “Luego llamamos a la policía para que regule estos bailes y hacen caso omiso, pero eso sí, los vemos resguardando la zona donde se desarrollan”, denunció otro colono.